Bueno, mañana se dará a conocer el premio Nobel de literatura de este año, entre los favoritos están
Vargas Llosa y
Orhan Pamuk. a mi me gustaría que ganara
Pamuk ya que este verano leí
la nueva vida y me pareció uno de los mejores libros que he leído en mi vida, además
Pamuk está muy comprometido con la realidad de su país y no se amilana a la hora de denunciar los excesos del gobierno turco, lo que le acarrea serios problemas con el sector más radical de la sociedad.
Vargas Llosa, por otro lado, creo que está en el ocaso de su carrera, lo último que leí de él fue la mediocre
El paraíso en la otra esquina, una versión novelada de los escritos de un salvaje de
Paul Gauguin con media novela en una ridícula segunda persona que no dejaba indiferente ni al más acérrimo seguidor del peruano, además es un tipo que se ha instalado en la comodidad burguesa y sus compromisos sociales más heroicos no pasan de hacerse fotos antes y después de entrar en la clínica
buchinger de
Marbella, un sitio, por cierto donde tomé unas muestras cuando hacía prácticas en el ayuntamiento de esa ciudad. total, que al final se lo darán a
Philip Roth.
Ayer recibí un paquete postal procedente de
Rumanía, en principio creí que sería una de esas bromas que me suelen gastar los vampirillos de aquella zona, tengo que reconocer que por un momento tuve la esperanza de que fueran noticias de mi amada
Kate Beckinsale que me pedía ayuda para salir de ese submundo, pero al abrirlo todos aquellos pronósticos se vinieron abajo.
Era una oreja, una oreja deforme y sanguinolenta, junto a ella, una nota, "
Tome, un recuerdo mío", firmado, profesor
Livingstone, departamento de historia del arte, universidad de
Bucarest.
He de decir que no me sorprendió, es más, me lo esperaba, mi encuentro con
Livingstone en
Londres me dejó más interrogantes que respuestas y ya advertí cierta predisposición del profesor a adoptar la personalidad de
van Gogh.
La gran pregunta: ¿Era
van Gogh un loco?
André Malraux pronunció en 1951 que "
el verdadero loco, porque no finge, comparte realmente un dominio con el artista: el de la ruptura". Que
van Gogh realizara una ruptura artística es más que evidente, ahora bien, qué parte de genialidad artística y qué parte de locura influyeron en ese paso decisivo para la historia del arte es lo que pretendía esclarecer con estas últimas entradas de mi blog. También dijo
Aristóteles: "¿
Por qué razón todos aquellos que han sido hombres excepcionales son manifiestamente melancólicos?", y esto lo dijo
Aristóteles -lógicamente- antes de conocerse todos los casos de artistas melancólicos posteriores a la edad clásica como
Caravaggio,
Schubert,
Rothko,
Bernhard,
Durero, etc... , es decir, que el carácter de sus palabras fue más premonitorio que revisionista del pasado.
El propio
van Gogh escribió a su hermano
Theo poco antes de morir: "
Mi trabajo, arriesgo la vida en él y casi he perdido la razón por su causa.., pero ¿qué quieres?". El propio
van Gogh reconocía que había sido el arte el que había alterado su conducta normal. Esto nos llevaría a una hipótesis hasta ahora no calculada y que estribaría en que fue el arte el que volvió loco a
van Gogh y no que el arte de
van Gogh procediera de su locura.
Entonces la afirmación de
Breton respecto a que "
en la expresión libre de la locura se ve una gran similitud con la verdad absoluta y la pureza de los valores normales, y en el mundo cerrado del manicomio, una defensa contra el capitalismo, que según él pervierte la expresión artística" debería ser reajustada de forma que quedara algo así como "
en la expresión libre del verdadero arte se ve una gran similitud con la verdad absoluta y la pureza de los valores normales, y en el mundo cerrado del taller de pintura, una defensa contra la sociedad en general, que conduciría inequívocamente a la locura".
Si
Breton llevara razón sería interesante amoldar su idea a otros casos como el de
Thomas Bernhard, el cual podría haber visto germinar la semilla de su genialidad en los años que estuvo encerrado en pabellones de tuberculosos en su adolescencia, es decir, este aislamiento habría permitido que
Bernhard dejara aflorar su incomparable genialidad narrativa al margen de la contaminación multifuncional procedente de la vida en sociedad.
Pero existen otros testimonios como el de
Jamison de la universidad
J. Hopkins de
Washington que aseguraba que "
no es imposible que la psicosis maníaco depresiva y la creatividad estén íntimamente unidas". No sabemos muy bien por qué estaba tan seguro de que tal cosa no fuera imposible pero sí podemos deducir que el orden creatividad-locura/locura-creatividad no había quedado fijado.
Es cierto que
van Gogh experimentó a la vez una periodicidad en su producción artística y accesos maniaco depresivos, según
Bernot en
El genio y la locura, pero eso tampoco nos demuestra qué fue antes si la locura o la genialidad.
Por otro lado hay otros casos de enfermedades mentales en la familia de
van Gogh. Su hermano
Theo fue hospitalizado en un centro psiquiátrico de
Utrecht y murió psicótico al poco de perder a
Vincent y su hermana
Wilhelmina pasó años internada. Sin embargo esto no demuestra nada tampoco, aunque da pistas, es cierto.
Muchos han querido ver en el suicido de
Vincent el punto álgido de su delirio mental, pero no debemos olvidar el alto porcentaje de suicidios existente entre los creadores, esto sucede porque el suicidio se podría entender como un signo de afirmación en la voluntad de vivir, lo cual no deja de ser una idea extraordinariamente "¿sana?". Es decir, puede que
van Gogh se suicidara por "recomendación" de su parte "no enferma", quizás porque sospechaba que su fecundidad creadora (más de 600 cuadros en los dos últimos meses de vida) podría acarrearle más angustia que liberación. Y estaríamos hablando entonces de la naturaleza del impulso creador que se apodera del loco en un momento de fecundidad, es decir, siempre que la fase máníaca sea no depresiva, es decir, no melancólica, el loco experimenta un momento lúcido similar a la inspiración del artista, aunque no todo loco sería artista y para ello deberíamos instalar unos condicionantes a su obra como son los de continuación e intencionalidad.
Dejo de lado algunas cuestiones interesantes como ¿mató
Theo van Gogh a su hermano para que no sufriera o simplemente lo mató porque él también estaba más loco que una cabra?, o ¿fue el portero de la casa donde vivía
van Gogh quien le proporcionó la pistola a
Vincent?, y si así fue ¿bajo la influencia de quién realizó este "préstamo"?, o ¿finalmente cortó
Gauguin la oreja a
van Gogh?,
para centrarme en una idea que me parece capital a estas alturas y que debemos afrontarla con la mayor de las seriedades posibles:
Eliane Amado Levy-Valensi, después de inventarse claramente su nombre, según recoge
Brenot en
El genio y la locura dijo algo así como que "
es posible, desde luego, psicoanalizar a van Gogh desde Autorretrato con la oreja cortada hasta Los girasoles, en el que algunos han pretendido ver vulvas abiertas, pero no sería más que una mínima parte de la revelación que nos aporta, ya que la obra es mucho más rica de lo que el análisis podría desvelarnos, y más rica también de lo que habría podido revelar el análisis de su autor, en pocas palabras, ¿habría sido terapéutico ese análisis o habría esterilizado el proceso de creación?".
Yo, por mi parte, dejo aparcada la investigación en espera de nuevos datos formales que aporten realidades irrefutables respecto al caso.