jueves, noviembre 16, 2006

Hockney y la gran mentira (2).

Contestando un poco
a Hockney (Caravaggio).

Es evidente que Hockney no ha intentado desmerecer a los grandes maestros con su obra El conocimiento secreto, también es evidente que Hockney no piensa que el gran valor de las obras de los grandes maestros reside únicamente en su gran sensación de realismo, él, mejor que nadie, como gran creador del arte moderno que es, conoce las verdaderas virtudes de los grandes pintores (van Eyck, Vermeer, Velázquez, Caravaggio...), pero supongamos por un momento que todo esto no sea tan evidente, supongamos por un momento que Hockney piensa que la calidad de un Caravaggio radica sólo en el virtuosismo a la hora de representar un laúd, supongamos por un momento que las técnicas ópticas utilizadas por los maestros del pasado nos hacen ver de otro modo sus pinturas geniales. entonces es cuando tengo que contestar a Hockney, eso sí, desde de mi supina ignorancia.
Supongo que Hockney conoce la obra y la vida de Caravaggio. Caravaggio nació en Caravaggio en 1571, bueno, en realidad no se llamaba Caravaggio, lógicamente, como Leonardo no se llamaba da Vinci ni tampoco creó ningún código, simplemente nació allí y adoptó ese nombre artístico aunque últimas investigaciones falsean este dato y aseguran un sorpresivo nacimiento en Milán, con lo cual estos investigadores tan listos han destruido todo un gran nombre de la pintura de todos los tiempos, es decir, ahora podremos decir: ¿por qué diablos Caravaggio se llamaba Caravaggio si ni ese era su nombre ni nació en Caravaggio? pelillos a la mar, Michelangelo Merisi Caravaggio y punto.
Seguro que Hockney sabe mejor que yo encuadrar a Caravaggio dentro de un estilo artístico, seguro que conoce mejor que yo lo que es el tenebrismo y el naturalismo propios de su obra, y lo que supuso la pintura de Caravaggio para el barroco posterior, y cómo su influencia fue recogida incluso por Velázquez.
Igualmente seguro que Hockney conoce el libro de Vicente Carducho de 1633 Diálogos de la pintura en la que el autor, citando a Poussin, dice de Caravaggio que "había venido a destruir la pintura", e incluso dice que este era un "monstruo de ingenio sin preceptos, sin doctrinas, sin estudio, más sólo con la fuerza de su genio y con el natural delante...", en realidad no nombra ningún aparato óptico, los tendría escondidos.
Hockney seguro que sabe que Caravaggio, después de cuatro años de aprendizaje en Milán, se trasladó a Roma -portando seguramente todas sus lentes y demás herramientas ópticas- donde comenzó a pintar su obra conocida, y seguro que sabe que en 1606 tuvo que huir de la ciudad por matar a un contrincante en un juego de pelota, quizás fuera el primer tiffosi de la historia. Se dirige a Nápoles -portando todas sus lentes y herramientas ópticas-, ingresará en la orden de malta y finalmente se traslada a Malta -portando todas sus lentes y herramientas ópticas- donde pelea con un Cavaliere de Giusticia, es hecho preso y encarcelado -junto a todas sus lentes y herramientas ópticas- en el Castel de Sant'Angelo de donde escapa -aunque con gran dificultad ya que debía portar todas sus lentes y herramientas ópticas- y de paso es expulsado de la orden ("expulsado y apartado, como miembro podrido y fétido de la Orden y de la Sociedad").
Llega a Sicilia y pasa por Siracusa, Messina y Palermo -portando todas sus lentes y herramientas ópticas- donde ejecuta algunas de sus obras maestras, vuelve a Nápoles -se supone que portando todas sus lentes y herramientas ópticas- donde le desfiguran la cara a cuchilladas, decide entonces ir a Roma -portando todas sus lentes y herramientas ópticas- en busca del perdón papal pero por el camino lo confunden con otro cavaliere y lo retienen el tiempo suficiente para perder el barco -quizás no llegara a tiempo de la partida debido a que el alto número de lentes y herramientas ópticas que portaba enlentecía su paso-, deambula por la playa de Port'Ercole -portando todas sus lentes y herramientas ópticas- donde contrae la malaria y muere, era el año 1610.
Quizás conozca Hockney el gran lienzo que Caravaggio pintara en siracusa denominado El entierro de santa Lucía hacia 1608 y que actualmente se encuentra expuesto en el museo del palacio Bellormo. Es posible además que el propio Hockney haya visto esta pintura en Siracusa, ya que las reproducciones unido a las restauraciones no siempre afortunadas sufridas no hacen honor a su impresionante magnificiencia. Yo creo que es una de las más grandes pinturas de Caravaggio, no sólo por su tamaño, sino también por su calidad y por el misterio que transmite. Las figuras de los enterradores en primer plano como si fueran dos ogros gigantes ocultan gran parte del séquito funerario, el hermoso cuerpo de la mártir yace con el cuello ¿degollado?, y sobre todo, el conjunto de estas figuras están situadas en la mitad inferior del lienzo, dejando en la parte superior un espacio que sólo ocupa un muro, un muro absolutamente increíble, un muro extraordinariamente rico en matices ocres, verdes y mil tonalidades más que para mí es la gran antesala del expresionismo abstracto del siglo XX, es decir, Caravaggio crea un espacio tan sobrenatural como matérico. Y por eso yo le preguntaría a Hockney qué tipo de instrumento óptico empleó Caravaggio para pintar ese pedazo de muro, ese pedazo de lienzo que significa probablemente el trozo de pintura más fascinante que nunca se pintó.

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