lunes, diciembre 04, 2006

El retablo de Isenheim de Grünewald.




Continúo un día más con mi absurdo blog, un blog que, como todo el mundo sabe, no es más que un vehículo -ridículo y grotesco, eso sí- para intentar llamar la atención de mi amada Kate Beckinsale y así poder concertar una cita con ella e invitarla a un batido.
Puede que el pintor más misterioso de la historia de la pintura sea Mathias Grünewald. Para empezar no se llamaba así, ese nombre se lo dió un escritor de Aschaffenburgo del XVII al comentar algunos cuadros de este pintor, en realidad parece que se llamaba Mathis Gothard Nithardt, ya que en sus cuadros se aprecia la inscripción con las siglas M.G.N. y cerca de Aschaffenburgo existía un pintor con el nombre antes apuntado. Es decir, una nueva jugada de un listillo que, unido a la pereza de los expertos en arte de varios siglos, hacen que uno de los grandes maestros del renacimiento mantenga un nombre que no le corresponde.
Una de sus grandes obras es el retablo de Isenheim, fechada en 1516 y actualmente en el museo unterlinden de Colmar, en mi opinión la versión más terrible jamás pintada de la crucifixión, es decir, un cristo absolutamente hecho polvo. Isenheim es una pequeña localidad alemana para cuyo hospital de la orden de san antonio le fue encargada esta obra a Grünewald (llamémosle definitivamente así, sea quien sea en realidad ese tal Grünewald) con la intención de que sirviera de terapia para las enfermedades del cerebro como la epilepsia o la locura, así que Grünewald debía crear una fantástica combinación de colores y luces que realmente ejercieran un efecto curativo y para ello viajó hasta Mecklenburgo a ver un eclipse solar -suerte que pasaba por allí un eclipse solar, de lo contrario esta obra jamás habría sido concebida:
"en la que un fantasmal crepúsculo
se derramó en pleno día como un desmayo,
y en la bóveda del cielo,
sobre los bancos de niebla y las paredes
de nubes, sobre un azul frío
y pesado, surgió un rojo vivo y
por todas partes vagaron colores como nunca
habían visto sus ojos y el pintor nunca pudo
apartar ya de su memoria." Del poema como la nieve en los alpes, de W.G. Sebald.

Contemporáneo de Durero su estilo difirió de éste al alejarse de los patrones ideales de belleza propios del renacimiento "no hay ni rastros del concepto de belleza profesado por los artistas italianos en esta representación cruel y austera del Cristo crucificado" , de la historia del arte de Gombrich. de alguna manera Grünewald realizó una mirada hacia el gótico, con la paradoja de que su vuelta a una pintura más antigua realzó el carácter expresionista de la misma y redundara en una concepción más moderna de la pintura, algo cercano al expresionismo alemán del siglo XX. Según Ristori en su historia del arte "El expresionismo no es tanto un sustantivo como un adjetivo, es decir, sirve para designar artistas y obras pertenecientes a todos los momentos de la historia del arte. Pero hablar del expresionismo de Goya o de Grünewald, no impide utilizar el término para designar a un amplio conjunto de manifestaciones, más o menos unitaria, del arte contemporáneo", con lo que yo estoy de acuerdo y en desacuerdo ya que pienso justamente lo contrario, es decir, que exista una corriente histórica del arte moderno denominada expresionismo no debe impedir que incluyamos en esa corriente a artistas de cualquier momento de la historia de la pintura, y siguiendo con lo comentado últimamente en este blog habría que incluir en este movimiento expresionista del siglo XX al último Miguel Ángel, a los Caravaggio de Siracusa, a los últimos tizianos y por supuesto a las pinturas negras de goya.
La influencia de la pintura de Grünewald en pintores modernos como Saura es más que evidente, y aunque el lenguaje pictórico es distinto la esencia de la monstruosidad de la crucifixión subyace en ambos cuadros. En 1932 Picasso hizo una versión fantasmagórica y extraordinaria de la crucifixión de grünewald que sin duda le debió ayudar en su posterior concepción del Guernica.
Resumiendo, el arte es cíclico, el arte es apocalíptico, el gótico inunda las formas de expresión contemporáneas, y Grünewald fue un pintor técnicamente expresionista utilizando formas y recursos técnicamente medievales -como los diferentes tamaños de los personajes según la importancia de los mismos-, es decir, creo que Grünewald fue un visionario que en su época fue considerado un artista fiel a medios ya caducos, consiguiendo una magnífica interacción arte-tiempo sin igual en la historia de la pintura.

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