domingo, marzo 21, 2010

Naturaleza Muerta (2). Las Xenia.



 
El primer ensayo del libro de Norman Bryson "Volver a mirar. Cuatro ensayos sobre naturalezas muertas" está dedicado a los Xenia. Estos constituyen una categoría pictórica descubierta en Pompeya y que resulta muy semejante a las naturalezas muertas. Como en Pompeya sólo han quedado ruinas de estas pinturas sólo se han conservado fragmentos. A partir de estos fragmentos y de diferentes fuentes bibliográficas de la Antigüedad como Filóstrato, la Historia natural de Plinio y comentarios de Platón y Vitruvio, Bryson teje una reflexión erudita sobre el significado de estas pinturas.
Para comprender la importancia de estas pinturas pompeyanos leemos en Gombrich:
"El único medio de que podamos formarnos una idea del carácter de la pintura antigua es contemplar las pinturas murales y los mosaicos que se han descubierto en Pompeya y otros lugares. Pompeya fue un lugar de veraneo para los romanos de posición y quedó enterrada bajo las cenizas del Vesubio en 70. Casi todas las casas y villas de la ciudad contaban con pinturas en sus muros, columnas y panoramas pintados, imitaciones de cuadros y de la escena. Esas pinturas no son, claro está, obras maestras, pero es sorprendente observar cuánta destreza existía en una ciudad más bien de escasa importancia. Casi todo lo que puede entrar a formar parte de un cuadro puede hallarse entre esas pinturas murales de Pompeya. Bonitas naturalezas muertas tales, por ejemplo, como dos limones con un vaso de agua y representaciones de animales". Gombrich también hace referencia a la gran deuda del arte romano con el helenístico "pues el arte permaneció más o menos inalterable mientras los romanos conquistaron el mundo y fundaron su propio imperio sobre las ruinas de los reinos helenísticos."
Después de este inciso seguimos con Bryson. Filóstrato escribió en el siglo III un texto pedagógico sobre pintura titulado Imagines. En él se describen unas pinturas de forma detallada. Hasta ahora se desconoce si estas pinturas que sirven de base para las descripciones de Filóstrato eran reales o imaginarias. Entre ella existen dos xenia: uno en la que figuran higos, manzanas, peras, uvas y un cuenco de leche; y otro en la que aparecen liebres, patos, hogazas de pan y cesta con frutas. Estos dos xenia obedecen a dos prismas constitucionales totalmente opuestos como veremos, aunque en ellos prevalece ante todo el realismo de las figuras. Citando a Bryson: "Aunque en su prólogo Filóstrato recalca la importancia de la imitación, su argumento es que el reconocimiento de efectos tomados del natural sólo es la primera etapa de una comprensión madura de la pintura (...) admirar el mero realismo de la imagen es elogiar una característica insignificante de la pintura y una que sólo consiste en la imitación, pero no estaríamos alabando su inteligencia o el sentido del decoro que muestra, aunque éstos, en mi opinión, son los elementos más importantes del arte". Menos mal porque de lo contrario el 90% del arte del siglo XX en adelante (y parte del XIX) habría que tirarlo a la basura -por no hablar de toda era prerrenacentista.
En el primer xenia la imagen busca un momento anterior a la intervención cultural, contradiciendo la teoría de Bakhtin que relaciona la comida con el trabajo (¡archiconocida teoría! maldito, por su culpa tengo pesadillas con la receta XXI). El término xenia proviene de la palabra xenos que sirve tanto para denominar al huésped como al anfitrión (es un concepto reversible, menuda guasa). Cuando llegaban unos forasteros se les enviaba alimentos sin cocinar "por esta razón los artistas llaman xenia a las pinturas que representan cosas enviadas a los invitados", según Vitruvio. Se establecía una relación de igualdad entre huésped y hospedador y también de independencia del huésped ya que comía aparte y debía tratar los alimentos. Sí, claro, llamarle independencia cuando se quiere decir "anda, apáñatelas tú que bastante hago yo con enviarte esto crudo". Habría que preguntar a Levi-Strauss con respecto a su Lo crudo y lo cocido.
El Xenia 2 es una contradicción retórica del Xenia 1 de los Imagines, ya que "explora el umbral entre naturaleza y cultura (...) y repinta xenia 1 en términos de transformación de la naturaleza en cultura de la mesa". La descripción de Xenia 2 va más allá de la simple enumeración de los detalles de la pintura y finaliza en una hipotética escena del dueño de la granja achispado en el baño, lo cual redunda en la idea de una "abundancia negativa que culmina en un uso perverso de la riqueza". Es que la riqueza, por definición, sólo puede tener un uso perverso.
Plinio, en su Historia natural cuenta la célebre historia de la competición entre Zeuxis y Paraiso, en la cual ambos pintan un cuadro hiperrealista. Zeuxis pinta unas uvas que engaña a los pájaros, los cuales se avalanzan sobre el cuadro para picotearlas. Pero Paraiso va más allá. Cubre su cuadro con unas cortinas. Los pájaros apenas pueden ser engañados por lo que se presenta oculto, entonces Zeuxis le dice: "ahora puedes descorrer las cortinas para que apreciemos tu pintura". A lo cual contesta Paraiso algo así como: "mi pintura son las cortinas". Zeuxis admite su derrota, pues si bien él ha engañado a los pájaros Paraiso le ha engañado a él mismo. Esta competición sucede en un teatro y se producen esntonces varios espacios imbricados: naturaleza-teatro-escenario-cuadro. Estos espacios van a darnos una idea acerca de la importancia de los cuadros encontrados en la Campania (en Nápoles), los cuales se diferencian de las pinturas de caballete de los Imagines de Filóstrato en que son frescos en las paredes. "El recinto entero del aposento en todos sus lados (suelo:teselas, techo: estrellas, paredes:efecto del fondo) está concebido íntegramente para producir una disolución de cada límite y una negación de los confines del espacio real."
Bryson hace una revisión de los cuatro estilos pompeyanos propuestos por August Mau.


Para hacernos una idea previa de cuáles son estos 4 estilos recurrimos a la Historia del Arte de Ristori en Anaya: "Conocemos la pintura romana a través, más que nada, de los ejemplos procedentes de Pompeya. Se reconocen 4 estilos: el más antiguo se llama incrustación, por cuanto imita revestimiento de mármoles; el 2º estilo es el llamado arquitectónico, por simular arquitectura e introducir temas figurados y bodegones; el 3º tiene carácter ornamental con arquitecturas fantásticas e introduce guirnaldas y amorcitos; y el 4º estilo participa de los 2 anteriores, introduce paisajes imaginarios, formas arquitectónicas muy diversas y recuadros con escenas mitológicas." La supuesta revisión de Bryson no es que añada muchas connotaciones nuevas. Según Bryson el 1er estilo se define como una imitación de mármol, se encuentra en un espacio medio entre copia y original, “la representación absorbe la casa”. El 2º estilo se da en el Cubiculum de la villa Boscoreale. Es representación de lo que rodea a la casa: columnas, capiteles, máscaras, scaena o arquitectura o paisaje del fondo. En él “lo real y lo simulado se juntan: todo es al mismo tiempo pura profundidad y pura fachada”. El 3er estilo se presenta en la Habitación Negra de Boscotrecase. Es un umbral ontológico, “la vista se desplaza desde la negrura intangible e insustancial hacia imágenes situadas a una distancia dentro de ella". El 4º estilo está en Herculano. La habitación real se convierte en un decorado. "Los 4 estilos están estructurados entorno a una aspiración compartida, negar los límites físicos de la habitación para romper los parámetros de lo real y permitir que el espacio auténtico sea penetrado por una extensión ficticia más allá de él."
Finalmente en este capítulo Bryson se refiere al Banquete de Trimalcion (del Satiricón, de Petronio), en el que encuentra un "banquete" de signos fuera de sus contextos. Según el crítico como en el Cubiculum de Boscoreade en el banquete de Trimalcion la realidad es invadida por la simulación. Bueno, toda realidad conlleva cierta parte de simulación, con lo que la simulación se convierte en una realidad.
Después de leer este ensayo de Bryson uno tiene la idea de que el arte pompeyano (por llamarlo de alguna forma) es algo así como la piedra rosetta de la pintura griega de la que nada ha llegado a nuestros días. También tengo la sensación de que en él reside gran cantidad de ideas que se irán desarrollando a lo largo de la historia de la pintura, desde el primer Renacimiento de Giotto o Ucello hasta Balthus y de Chirico, Cezanne, e incluso ¡el exresionismo abstracto! (Habitación Negra). Después de esto hace falta un respiro antes de abordar el siguiente ensayo, Rhopografía, que, ya adelanto, se presenta fascinante.

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