Jackson Pollock (1912-56) es quizás el pintor abstracto más famoso del mundo y, aunque no está confirmada la cifra, podría ostentar el record en la venta de un cuadro con su "nº5", de 1948 por 140 millones de dólares. Sus comienzos fueron expresionistas y figurativos pero en un momento dado se le encendió la luz y se inventó el
dripping o goteo, técnica con la que podía dar rienda suelta no solo a su necesidad de expresión artística sino también a su necesidad de explorar su propia identidad y su drama existencial. "
En el suelo estoy más cómodo. Me siento más cerca del lienzo, formando parte de él, ya que de esta manera puedo caminar alrededor de la tela, trabajar desde los cuatro lados y literalmente estar dentro del cuadro. Esto se parece al método de los indios del Oeste que pintan con arena". El origen de esta técnica -
allover o todo cubierto, y también
action painting lo denominó el crítico
Rosenberg- fueron, según
Hughes, "
algunos de los dibujos realizados por Pollock entre 1945 y 1946", donde "
vemos las turgentes y viscerales formas de sus primeras imágenes "totémicas" desatándose, tornándose etéreas y garabateadas bajo la influencia del ruso", -se refiere a
Kandinsky-"
extendiéndose en un continuo de signos y gesticulaciones gráficas girando alrededor de un punto imaginario, en el centro de la hoja, y expandiéndose poco a poco hacia los bordes". Es decir, realizaba una especie de juego centrífugo al modo de
Mondrian y otros abstractos geométricos.
Gombrich advierte que la técnica del chorreo bien podría estar inspirada por los pintores chinos quienes ya "
habían utilizado estos métodos tan poco ortodoxos, así como cierta práctica de los indios americanos, que hacen pinturas en la arena con fines mágicos". Según
Gombrich el origen de esta forma de pintar podría encontrarse por un lado en el retorno a la infancia como modo de actuar exento de contaminaciones y por otro lado en un intento de resolver el problema de la pintura pura.

Sin embargo no fue
Pollock el primero en utilizar este método de creación, así el surrealista belga
Max Ernst que llegara a EEUU en 1941 declaró en una entrevista en 1958 acerca de la pintura de
Pollock: "En ella veo el símbolo del mundo terrible y deshumanizado en que vivimos, del cual yo me siento responsable... Pues, en efecto,
Pollock tomó de mi su famosa técnica del
dripping. Yo se la expliqué un día de 1942 en una galería de
Nueva York, delante de mi cuadro
La planète affolée". Yo veo a
Pollock como alguien muy cercano a
Van Gogh no sólo por sus crisis anímicas sino también por su total entrega al mundo de la pintura, su obsesión por plantear soluciones y salidas a través del arte como si arte y vida fueran una única cosa. Sin embargo hay algo que me inquieta y es el hecho de que encuentro pocas referencias a su problema de alcoholismo y la posible influencia de éste en la concepción de sus nuevas formas de expresión. Puede que tuviera algo que ver, no sé. Existe un libro
Jackson Pollock: Psychoanalytic Drawings de
Claude Cernuschi que recopila algunas de las 83 imágenes que
Pollock dibujó para el psicoanalista
Joseph Henderson durante un año de terapia entre 1939 y 1940, mientras se reponía de una fuerte depresión causada por su alcoholismo. Cuando se expusieron estos dibujos a la muerte de
Pollock se creó una gran polémica y la viuda de
Pollock, la pintora
Leonor Krasner, demandó al médico en los años 70 por haber expuesto los grabados e intentar hacer creer que su difunto marido -considerando la interpretación jungniana de los dibujos- padecía desórdenes mentales. Nunca sabremos si
Pollock era alcohólico como producto de su drama existencial o si ese drama existencial surgió a consecuencia del alcoholismo.
Antonio Saura, el gran pintor oscense escribió que
Pollock "estructuró violentamente y en su totalidad la tela, creando la ilusión de un espacio ilimitado y sometido a un dinamismo absoluto". Nada como otro artista para ejercer de crítico,
Saura explica así de bien la obra del americano: "nos ofrece la concepción espacial más vital, de una geometría líquida y expansiva que hace prolongar el cuadro en todas direcciones, en un ansia de reflejar una realidad total y pavorosa que convierte el cuadro no en un centro unitario activo, sino en una unidad cosmogónica en constante expansión, en un fragmento no definido de un caos interior".

Es decir,
Pollock estaba loco y además el lienzo se le quedaba pequeño.También alude
Saura al componente experimental de la pintura de
Pollock como ese gran ignorado de la facción crítica:
Pollock "que ha venido utilizando hasta su muerte la técnica más experimental y menos tradicional (el riego de la tela con una pintura líquida), abre en el plano surcos dramáticos, supuestos en un contrapunto dinámico, formando una selva complejísima en la que el ojo se pierde en una orgía plástica sin principio ni fin". Y esgrime expresiones interesantes como "concepto oriental considerado como ser viviente", "expresividad violenta", "gesto de acción y espacialidad infinita". Es decir, el arte de
Pollock exalta la creatividad literaria, por dios. El gran crítico del momento en EEUU y que tan importante fue para fomentar el círculo de artistas bajo la denominación de
expresionismo abstracto americano Clement Greenberg hablaba de conjunción entre imaginación y técnica en la pintura de
Pollock. Definitivamente
Pollock consideraba la pintura como un problema que había que resolver "la idea de una pintura americana aislada durante los años treinta me parece absurda, algo así como una física o unas matemáticas puramente americanas...Los problemas fundamentales de la pintura contemporánea son comunes a todos los países", y también como una necesidad interior: "Mi pintura es directa, el modo de pintar es la manifestación natural de una necesidad. Yo quiero exprimir mis sentimientos más que ilustrarlos". Mierda,
Pollock se mató en accidente de coche cuando apenas tenía 44 años de edad.
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