sábado, agosto 26, 2006

La escultura de Serra.


En 1986 se expuso en el por entonces Centro de Arte Reina Sofía de Madrid formando parte de la exposición denominada "Referencias" una escultura de 38 toneladas de peso del escultor americano Richard Serra titulada con el sencillo nombre de Equal-Parallel/Guernica-Bengasi.
En 1987, al término de dicha exposición el Ministerio de Cultura de España compró la escultura por 36 millones de ptas (unos 216000 euros).
Al final de dicha exposición la escultura se deposita en los almacenes de la empresa Fluiters ya que el gran tamaño de la escultura imposibilita su ubicación en la exposición permanente del centro de arte.
En 1990, con motivo de la inauguración del Museo Nacional y Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), la escultura vuelve a ser expuesta junto a esculturas de Anish Kapoor y de Barnett Newman.
En noviembre de 1990 se confía a los almacenes de la empresa Macarrón S.A., sita en Arganda del Rey (Madrid), que la custodia cobrando un alquiler mensual.
Cuando en octubre de 2005 se reclama a Macarrón la escultura pues con el nuevo edificio del museo ya ha sitio para exponerla permanentemente -hay que decir que Serra es uno de los grandes de la escultura actual- ésta no aparece.
¡La escultura no está en los almacenes!
Y no sólo eso, Macarrón S.A. había quebrado en 1992 y nadie del Museo se había enterado.
La quiebra de esta empresa estuvo favorecida por el impago por parte de la administración de este alquiler y otros, ¿cómo es posible?
Macarrón S.A. tenía deudas con la seguridad social lo cual impedía que pudiera facturar nada a la administración ya que una empresa con deudas con la SS no puede facturar a la administración por ley y así Macarrón S.A. no podía cobrar de la administración y no podía satisfacer las deudas con la seguridad social que le impedían facturar a la administración, etc...
Es decir, la escultura de Serra se ha evaporado, una escultura de 38 toneladas que requiere para su movilización del uso de grúas muy potentes y camiones de gran tonelaje ha volado, se ha esfumado, se ha desintegrado; pero en Macarrón S.A. no saben nada, no conocen el paradero de la escultura, ellos cerraron en 1992, desde 1993, cuando se hizo un inventario, el Ministerio de Cultura de España no tiene ningún tipo de documentación correspondiente al paradero de la escultura, no importaba, allí debía estar, quién se la va a llevar, si pesa un huevo, oye, pero tú sabes si esa empresa, Macarrón, habrá quebrado por casualidad, ¿y por qué va a quebrar?, hombre, como no le pagamos, no sé, no recuerdo nada de eso, pásate un día por allí, y le quitas el polvo de paso.
Pero si el inventario último se hizo en 1993 eso quiere decir que en el museo ya sabían que la empresa había quebrado, sabían que la escultura estaba en unos almacenes cuyos propietarios ya no existían como empresa, oye, pues la dejamos aquí ¿no?, así nos sale más barato, bueno, de todas formas no les pagábamos, es verdad, pero para qué complicarnos, oye, a todo esto, es fea la jodida escultura ¿eh?
Una limpiadora testifica: la escultura estaba allí, nadie le hacía ni caso.
En 1997 se funda la empresa Macarrón, Martinez y Asociados, S.L., pero desmienten cualquier relación con la anterior empresa Macarrón a pesar de que el titular de dicha empresa es el mismo de la antigua Macarrón S.A. (información según El País, vaya a ser un bulo y me metan en la cárcel por difamación), es decir, ¿yo?, ¿la escultura de Serra?, no sé, he visto tantas esculturas en mi vida, hombre, por dios, ¿ha visto usted muchas esculturas de 38 toneladas?, unas cuantas, bueno, tan grandes a lo mejor no, pero así a bote pronto recuerdo el David de Miguel Ángel, debe pesar lo suyo también, hombre, se me ponen los pelos de punta de sólo pensar en que el ministerio de cultura italiano le confiara el david, es decir, el david de miguel ángel en Macarrón S.A. hasta que se le encuentre una nueva ubicación...
Ahora Serra ha llegado a un acuerdo para reconstruir la escultura cobrando sólo el gasto en materiales. Serra está muy interesado en que la escultura figure en la próxima retrospectiva que el MOMA de Nueva York le va a dedicar.
Si la escultura antigua (y original) apareciera después de que el escultor estadounidense la reconstruyera (quien, por cierto, está teniendo un comportamiento absolutamente honorable disculpando en todo momento al ministerio de cultura español, no pasa nada, a mí se me pierden muchas esculturas de 38 toneladas, son descuidos, nimiedades, ya verás como al final aparece donde menos te lo esperas, coño, ¡pero si mira donde estaba!, ¿cómo no se me había ocurrido mirar ahí detrás antes?, ay, a veces tienes las cosas delante de las narices y no te enteras), pues eso, que se me había ido el hilo, que si aparece la original habría que tomar la decisión de deshacerse de una de ellas, oye, ¿qué hacemos ahora con dos esculturas iguales?, ¿y pesan un quintal?, joder, pues destruimos una, sí, pero ¿cuál?, ¿lo echamos a suerte?, hombre, en principio podríamos cargarnos la vieja, y nos quedamos con la nueva, que presenta mejor aspecto, vale, nos cargamos la antigua, ¿cómo lo hacemos?, se me ocurre mejor que podríamos confiarla a algún almacén por si nos desapareciera la nuevecita en lugar de cargárnosla y así tendríamos recambio, vale, ¿qué almacén me recomienda?

No hay comentarios: