jueves, noviembre 20, 2008

Andrea del Sarto, pintor florentino.


Este comentario está dedicado a mi madre, para quien Andrea del Sarto es su pintor favorito.

El capítulo de Las vidas, de Giorgio Vasari, dedicado a Andrea del Sarto comienza así:"Hay realmente motivos para lamentarse de la forma cuando nace un buen talento, con perfecto juicio para la pintura, a la que se revela excelente a traves de obras dignas de alabanza, al ver después cómo se envilece en su forma de vida sin ser capaz de moderar de ninguna manera sus malas costumbres". Luego leyendo la vida de este gran pintor uno se da cuenta de que tampoco es para tanto, simplemente se enamoró de una mujer que le absorbía demasiado y que puso en peligro su obra artística. La fecha de su nacimiento parece ser errónea en el libro de Vasari: "En el año 1478, en la ciudad de Florencia, nació de un hombre de bien, apodado "el sastre" por el oficio que desempeñaba, un hijo cuyo nombre fue Andrea". La fecha considerada actualmente es 1486. Tampoco cuadra mucho con el epitafio que añade al final del capítulo, si muere en 1530 a la edad de 42 años ¿cómo va a nacer en 1478? a Vasari se le olvidó hacer esta simple resta. Aunque tampoco me valen las fechas 1486-1530 y muerto a los 42. Estudió con Pier di Cosimo "considerado entonces el mejor pintor de Florencia". En el Thyssen de Madrid hay una Virgen y Niño con ángeles de di Cosimo de gran belleza -aunque el niño parezca el diablo, por dios. Sobre la Anunciación de Andrea del Sarto de la Galería Palatina de Florencia fechada entre 1512 y 1514, y cuya predela -banco de retablo-, no identificada, fue obra de Pontormo y Rosso:"Pintó para los frailes de San Gallo una tabla de la Virgen recibiendo el anuncio de un ángel, en la que se aprecia una combinación de colorido muy agradable y unas hermosísimas cabezas de ángeles que acompañan a Gabriel, esfumadas con dulzura y relzadas perfectamente. Bajo ésta hizo una predela Iacopo du Puntormo, entonces discípulo suyo, quien dio muestras en aquella joven edad de lo que haría después en las hermosas obras debidas a su mano que se conservan en Florencia". Sí está bastante confirmado que Pontormo fuera alumno de del Sarto y luego tendría incluso ocasión de admirar su obra, es quizás una de esas ocasiones en que el discípulo supera al maestro. Llama la atención el tratamiento de la arquitectura del fondo en esta Anunciación, unas ruinas clásicas sobre las que unos individuos observan -¿qué carajos hacen ahí?- y que transmiten cierta idea de surrealismo -¿de Chirico?- y de soledad -¿Poussin?-. También destaca que la Virgen es un poco feilla de cara -se conoce que todavía no había entrado mucho en contacto con los autores flamencos-. Sobre la Virgen que se encuentra en la Alte Pinakothek de Múnich, comenta Vasari: "Gustó mucho la obra de Andrea a Giovan Batista Puccini por lo que deseando tener alguna cosa suya, entró en confianza con él y le pidió que hiciese un cuadro de la Virgen para mandar a Francia, aunque, como resultó hermosísimo, lo conservó para sí y no lo envió". Es genial, primero se hace su amiguito, luego le convence para que le pinte un cuadro y forrarse a su costa, y luego se lo queda -¡qué sensibilidad, qué hombre de palabra! Pero parece que por fin pudo mandar un cuadro a Francia: "se le buscó de nuevo para que hiciese otro cuadro para Francia, y sin penar mucho lo acabó. En esta pintura, que fue enviada inmediatamente, hizo una hermosísima Virgen María. Por ella los comerciantes obtuvieron cuatro veces su costo". Es de 1515 y está en el Louvre. O sea, que el mercado del arte ya tenía sus propios listillos en el siglo XVI. Vasari insiste en que la familia de la mujer era una carga: "trabajando sin pausa no obtenía ningún rendimiento debido a que el padre y hermanas de su mujer se lo comían todo". Tampoco es para tanto, a no ser que comieran las pinturas... Con respecto a La última cena de San Salvi, cuando en 1529 la ciudad fue asolada por los soldados éstos derribaron la iglesia y el campanario y cuando llegaron al convento quedaron tan maravillados al ver la pintura del refectorio que abandonaron su idea de demolición. Luego dicen que el arte no conmueve, veréis cuando los infieles invadan Europa y lleguen a la sede de la ONU en Ginebra como dan marcha atrás cuando vean la cúpula de Barceló. Por fin su fama se extendió por el país vecino y fue llamado a Francia por el rey Francisco I donde "hizo un Caridad excepcional para el rey, en cuya realización pasó por muchas fatigas" (en el Louvre, vemos más ruinas clásicas al fondo y una expresión de desazón en la Virgen -¡y con el pelo recogido!- que es entrañable). Pero esta aventura no duró mucho, y es que se fue sin su mujer -y sin el suegro y las cuñadas comilones- y tuvo que volver a Florencia pues su mujer amenazó con suicidarse si no regresaba. "Hizo también un cuadro para Lorenzo Iacopi, de mucho mayor tamaño que el habitual, con la Virgen sentada con el niño en brazos y otras dos figuras que la acompañan que se sientan sobre unas escalinatas que, por su dibujo y colorido, son similares otras obras suyas". Fechada en 1535, se encuentra en El Prado, y dibujos en British Museum, Louvre y Gabinete Nacional de Grabados de Roma. Es muy interesante la cantidad de dibujos preparatorios que se conservan de del Sarto. Sobre 1524 hace copia -en el Museo Nacional de Capodimonte de Nápoles- del retrato del papa León y el cardenal Julio de Médicis, con el reverendísimo Rossi de Rafael de Urbino por mediación del Magnífico Octaviano de Médicis y con objeto de dar gato por liebre al duque de Manúa a quien el papa había regalado el original de Rafael: "el duque Federico quedó satisfechísimo más aún cuando fue alabada por Giulano Romano, discípulo de Rafael, quien, creyéndola de su mano, se mantuvo en tal opinión, durante muchos años". Y cuando descubrió que era copia siguió pensando que era excepcional, incluso más que el original ya que era más difícil hacer una copia exacta de una obra maestra que realizarla de primera intención -o sea, que el tío era un genio de la apreciación artística. Se negó a pintar a unos ajusticiados -soldados que habían huido con la paga- porque no quería que a partir de entonces le colgara el sobrenombre de Andrea de los colgados, como le pasara a Andrea del Castagno -la verdad que es un nombre un poco raro, suena como a Andrea de los pirados. Así que le encomendó la tarea a un discípulo y aunque metió mano en la pintura al final la autoría correspondió a su alumno, lo que no sabemos es si al alumno le colgaron el consabido sobrenombre. En 1523 viaja a Mugello huyendo de la peste. Finalmente moriría en Florencia víctima de una enfermedad no aclarada. Con el emotivo epitafio sobre su tumba se cierra el capítulo de Las vidas de Vasari, y sobre el que se han recogido todas las citas de este comentario de Kovalski: "En memoria de Andrea del Sarto, pintor de talento admirable y a juicio de todos comparable a los maestros antiguos, su discípulo Domenico Conti, en reconocimiento al esfuerzo que dedicó a su educación mandó colocar agradecido este epitafio. Vivió 42 años. Murió en el año 1530".

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