viernes, agosto 22, 2008

Leonardo y Botticelli,


En recuerdo de Adolfo Martínez Ruiz, profesor de Historia y escritor, D.E.P.


Existe un cuadro de Andrea del Verrocchio -en realidad atribuido a del Verrocchio y Leonardo da Vinci- titulado Bautismo de Cristo, datado entre 1473 y 1475 y que se encuentra en la Galería de los Uffizi, en Florencia. Es un óleo y temple sobre una tabla de 177 x 151 cm. En él se encuentra -lógicamente- San Juan Bautista bautizando a Jesucristo bajo la atenta mirada de dos ángeles. Bueno, bajo la atenta mirada de uno de los ángeles, el otro parece más bien despistado, centrando su atención en algo que se escapa del encuadre de la escena principal. Creo que es uno de los grandes momentos de la historia de la pintura. Es decir, allí se está produciendo esa importante escena y uno de los ángeles está en las Batuecas. Es tan genial, tan inesperado, tan entrañable a la vez -el ángel tiene la apariencia de un niño-, que no deja de resultar chocante. Pues bien, el ángel más "académico", aquel que no quita ojo a Jesucristo y que sujeta una túnica o toalla para secar de inmediato al recién bautizado lo pintó Leonardo da Vinci. Leonardo también retocó la figura de Jesucristo, proporcionándole un volumen y un moldeado inusual para la época realizado con esmalte al óleo y que la hacen diferir claramente de la figura del bautista, y también parece obra del vinciano el paisaje del fondo. Elke Buchholz lo relata así: "Ser Piero -el padre de Leonardo- enseñó algunos dibujos de su hijo al famoso pintor y escultor Andrea del Verrocchio, al que probablemente conocía por motivos comerciales, y el artista se mostró dispuesto a admitir a Leonardo en su taller. A finales del siglo XV el taller de arte de Andera del Verrocchio, nacido en 1435, se había dedicado a la orfebrería, antes de abrirse camino como pintor y escultor. Se le considera un hombre culto y polifacético, que transmitía a sus discípulos magníficos conocimientos técnicos. Dominaba la fundición de bronce, trabajaba con barro y mármol, era un pintor excelente y un dibujante experto. De su taller salió la impresionante esfera de bronce dorado que corona la cúpula de la catedral florentina, una obra maestra de la técnica. No se conoce con exactitud el momento en el que Leonardo ingresó en la bottega, el taller. Se sugiere que el joven vivió y trabajó con Verrocchio al menos a partir de 1469. Al comienzo de su formación, Leonardo aprendió a fabricar las pinturas, a preparar los fondos con yeso, y a modelar cera y arcilla. Es decir, a servirse de las herramientas necesarias. En el taller de Verrocchio, abierto a la experimentación, Leonardo se familiarizó con la técnica al huevo, común en Italia, y se inició en la pintura al óleo, una modalidad nueva en el país, importada de Flandes. Los integrantes del taller de Verrocchio colaboraban entre sí, y en ocasiones intercambiaban bocetos y dibujos. A menudo participaban varios artistas en la realización de un encargo. Por este motivo resulta bastante difícil precisar la autoría de algunas obras del entorno de Verrocchio. El joven Leonardo, de veinte años de edad, siguió trabajando con su maestro como colaborador independiente, aun después de dar por finalizado su aprendizaje en 1472. Por aquel entonces Leonardo había alcanzado la misma maestría que Verrocchio, incluso más". No está tan claro que Botticelli estuviera en el taller de Verrocchio. Barbara Deimling cuenta cómo su aprendizaje fue primeramente en el campo de la orfebrería y que tan sólo en 1461 -con 18 años- empieza a trabajar con Fra Filippo Lippi: "El carmelita Lippi era uno de los pintores más afamados de Florencia de mediados del siglo. Las principales familias de la ciudad, y entre ellas también los Médici, le encargaban pinturas y decoraciones al fresco para sus palacios y capillas privadas". Parece que después de su etapa con Lippi en Prato, hacia 1470 Botticelli montó su propio taller en Florencia. "La separación externa de su maestro y su establecimiento en Florencia hicieron al joven artista receptivo para nuevas influencias, que se manifiestan en una mayor dedicación a un lenguaje formal más vigoroso. Para ello, Botticelli sigue a los hermanos Pollaiulo, que vivían en Florencia, así como a Andrea del Verrocchio, maestro de Leonardo da Vinci. Éstos introdujeron valores esculturales en la pintura florentina que, por su fuerte orientación al arte gótico, no había subrayado las calidades plásticas." A todo esto, la teoría no confirmada -bueno, unos historiadores lo dan por seguro, otros ni lo nombran en sus obras sobre Botticelli- es que al ángel despistado del cuadro de Verrocchio es obra de Botticelli. Pero estamos viendo cómo en ese año Botticelli ya contaba casi con la treintena y estaba establecido en su propio taller. Sin embargo las facciones del ángel son claramente botticellianas. ¿Obra del propio Botticelli o de algún admirador de su, en ese momento breve e inmadura, obra? Resulta apasionante pensar que ambos genios -Leonardo y Botticelli- compartieron horas de trabajo en torno a este Bautismo de Cristo de Andrea del Verrocchio, y para mi, y hasta que no se demuestre lo contrario, así sucedió.

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