miércoles, diciembre 26, 2007


Ciclo música y pintura:

Los frescos de
Piero Della Francesca,
de Martinu.

En 1955 el compositor bohemio Bohuslav Martinu compuso tres piezas inspiradas en los frescos que en la iglesia de San Francisco de la localidad italiana de Arezzo pintara alrededor de 1452 Piero Della Francesca. En principio estos frescos fueron un encargo que realizara la familia Bacci al pintor Bicci di Lorenzo pero tras la muerte de éste el trabajo fue asumido por Piero produciéndose un fuerte contraste entre el estilo neogótico de aquél y el nuevo y clasicista adquirido quizás en Florencia y Rimini de éste. Martinu emprendió la composición de estas piezas para orquesta tras una visita a Arezzo. Martinu nació en la república checa en 1890 y murió en 1959 en Suiza. Fue un gran sinfonista y llegó a componer 6 sinfonías al estilo de Roussel emprendidas en su estancia en EEUU durante la década de los cuarenta. El lenguaje utilizado en su música es el neoclásico -que recuerda a Stravinsky- con algunas influencias folklóricas de su tierra lo que le valió el sobrenombre del Smetana del siglo XX, de forma que sus influencias van desde el impresionismo francés hasta los motivos folklóricos pasando por el madrigal renacentista y las formas musicales del barroco. Los tres movimientos que comprenden esta obra de 19 minutos de duración son: Andante un poco moderato (8'16); Adagio (5'31); Poco Allegro (5'36), y en ellos Martinu pretende recrear el sentimiento que le produjo la visión de estas pinturas y por eso no podemos decir que esta música sea meramente descriptiva. La técnica utilizada por Piero en estos frescos fue aparte de la habitual técnica al fresco la de pintura seca y la mezcla con caseína en lugar de con resina, una técnica que utilizaría cinco siglos más tarde el maestro "renacentista" Balthus y con la cual obtendría tonalidades imposibles de conseguir con otro método. Para la realización de estas pinturas contó con la ayuda de maestros menores como Giovanni di Piamonte y Lorentino d´Andrea quienes se ocuparon de algunas escenas y figuras que no desmerecen de las llevadas a cabo por Piero y que seguían en cualquier caso las indicaciones de los cartones pintados por el maestro. Estos frescos narran la historia de la madera utilizada para la cruz con la que sería crucificado Jesús de Nazareth y que fuera relatada por Santiago de la Vorágine en su La leyenda dorada y que se conoce como La leyenda de la Vera Cruz, nombre que adopta esta serie de 11 pinturas distribuidas en 3 secciones, 6 paneles laterales (tres y tres) y 5 escenas centrales en el fondo separadas por un ventanal. En los laterales Piero ejecutó las escenas más complejas con unas dimensiones aproximadas de 7 m por 4 m y en el centro recogió escenas más simples pero no menos importantes con una anchura que no supera los dos metros y entre ellas se encuentra una de sus grandes obras maestras como es El sueño de Constantino. Gombrich resalta las cualidades de El sueño de Constantino: "También -como Mantegna- Piero della Francesca dominaba por entero el arte de la perspectiva, y la manera con que muestra la figura del ángel en escorzo es tan atrevida que casi puede prestarse a confusiones, especialmente en una reproducción pequeña". No sólo la perspectiva engrandece este cuadro sino también la luz, al respecto continúa Gombrich: "la luz no solamente ayuda a modelar las formas de las figuras, sino que se equipara con la perspectiva para dar ilusión de profundidad. El soldado que se halla en primer término es como una silueta oscura ante la claridad que ilumina la abertura de la tienda. Notamos de este modo la distancia que separa a los soldados del escalón donde está sentado el guarda, cuya figura, a su vez, se destaca en el rayo de luz que emana del ángel. Se nos hace percibir la redondez de la tienda, y el hueco que ésta enmarca, lo mismo por medio de la luz que por el escorzo y la perspectiva. Pero Della Francesca deja que la luz y la sombra produzcan un milagro todavía mayor: que contribuyan a crear la misteriosa atmósfera, en la profundida de la noche, cuando el Emperador tuvo una visión que cambiaría el curso de la historia. Esta calma y simplicidad impresionantes hicieron de Piero Della Francesca quizá el más grande heredero de Masaccio." Para Valeriano Bozal esta pintura tiene cierto aire de modernidad: "el modelado, la sorpendente sensación de una impresión visual, la sobriedad del cromatismo, el carácter del personaje, son todos rasgos con los que se identifica nuestro gusto". Las pinturas relatan la historia de la cruz verdadera de la siguiente forma: 1. Profetas; 2. Historia de los admitas y muerte de Adán; 3. Veneración del Sagrado madero de la Cruz. Salomón y la reina de Saba; 4. Traslado del Sagrado madero de la Cruz; 5. Visión de Constantino; 6. Victoria de Constantino sobre Magencio; 7. Tortura del judío; 8. Descubrimiento y milagro de la Vera Cruz; 9. Derrota y decapitación de Cosroes; 10. Exaltación de la Cruz. Heraclio devuelve la Cruz a Jerusalén; 11. Anunciación. Martinu obtuvo un tardío reconocimiento por su obra y murió de cáncer cerca de Basilea sin poder regresar a su país natal por motivos políticos.

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