Charles Ives y Eduardo Paolozzi:
(Calcium Light Night)
Charles Ives fue uno de los más grandes y misteriosos compositores del siglo XX. Nacido en un lugar perdido de Conéctica en 1874 fue un compositor prácticamente autodidacta que recibió una enseñanza musical muy particular por parte de su padre quien lo adiestró en la bitonalidad y la disonancia -vaya broma. Ives se dedicó a los seguros y la música fue prácticamente un hobbie para él -después de las "lecciones" de su padre lo tuvo claro. Aproximadamente a mediados de los años veinte deja de componer o al menos se pierde su rastro público, es decir, se esconde en su casa a componer sus sinfonías las cuales retocaba una y otra vez sin concluirlas sino tras un período extenso de varios años, sin ir más lejos su última sinfonía "Sinfonía del Universo" quedó inconclusa tras varios años de trabajo y reelaboraciones. Sin embargo a partir de los años 40 su obra empieza a ser reconocida por gente como Stockhausen y Schoenberg -uf, con padrinos como éstos le sobraban los enemigos. Él se adelantó al propio Schoenberg con respecto a las teorías serialistas; además la modernidad de Ives no sólo se refería a estos nuevos métodos composicionales sino que su estilo se basaba en una original concepción musical según la cual la atonalidad era algo tan natural como la tonalidad llegando a combinar ambas en su obra según los requerimientos de cada una de ellas. Su obra más conocida es la sinfonía número 3 aunque es en la número cuatro donde lleva a cabo sus ideas más arriesgadas utilizando para ello una extraña y descomunal orquesta en la que figuran dos pianos con diferentes afinaciones, 3 saxofones opcionales, un órgano, un gran coro y un "órgano etéreo", algo que nadie sabe lo que es por lo que en su lugar se utiliza un sintetizador. Eduardo Paolozzi nació en 1924 cerca de Edimburgo y él mismo se definió como un artista surrealista e incluso se dejó influir por el espíritu Dadá -sin embargo muchos hablan de él como el padre del arte pop gracias a sus "mickey mouses" aunque él siempre admitió que la asistencia a una exposición de Max Ernst le conmocionó y decidió su obra posterior. Su obra más importante es la escultórica y se caracteriza por realizar esculturas de bronce muy realistas en las que incorpora piezas de maquinaria, llegando en sus últimos tiempos a crear obras gigantescas de proporciones arquitectónicas con inspiración mecanicista que podrían recordar a Picabia. En 1983 diseñó los mosaicos para la estación de metro de Tottenham Court Road en Londres, así que quien vaya en metro al British Museum debe fijarse en estos mosaicos. Paolozzi logró gran éxito gracias a su estilo particular aunque su obra sigue la estela de Henry Moore. Realizó una serie de impresiones dedicada a Ives a mediados de los 70 denominada CALCIUM LIGHT NIGHT. La serie completa consta de 9 impresiones y cada una de ellas recibe un título: ‘Allegro Moderato Fireman's Parade’ 1974, ‘Central Park in the Dark Some 40 Years Ago’ 1974, ‘The Children's Hour’ 1974, ‘Largo to Presto’ 1974 (foto abajo), ‘Aeschylus and Socrates’ 1975, ‘Calcium Light Night’ 1975 (foto arriba), ‘Four German Songs’ 1975, ‘From Early Italian Poets’ 1975, y ‘Nettleton’ 1976. Esta serie contiene referencias a la vida y obra de Charles Ives. La doctora Emma Chambers -que no sé quién es- dijo en una ocasión que: "Paolozzi admiraba particularmente la obra de Charles Ives ya que expandió la obra sinfónica típicamente europea con el uso de temas folklóricos americanos propios de bandas de música, cuestión que intentó reflejar en cada una de las impresiones. Su intención era la de establecer una relación de amistad entre el collage musical y la fabricación de imágenes" -no sabemos si llegó a conseguirlo, pensemos que sí, lo que es evidente es que plasmó toda la complejidad que de la música de Ives emana sin dejar de lado el aspecto eminentemente teórico y casi matemático de algunas composiciones dodecafónicas, a modo de máquinas perfectamente diseñadas... pero perfectamente diseñadas ¿para qué? Esta serie la empezó Paolozzi en Berlín en 1974 y la terminó en 1976 utilizando para ello adelantadas técnicas gráficas de impresión. Paolozzi murió en 2005 tras un accidente cerebrovascular que lo tuvo postrado unos años en una silla de ruedas.
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