viernes, diciembre 21, 2007

El tríptico de Segantini y el cuarteto de Webern.


Ciclo música y pintura:

El tríptico de Segantini y el cuarteto de Webern.

El cuarteto de cuerda "1905" de Anton Webern (1883-1945) se divide en tres partes y se corresponden con el tríptico alpino del pintor italiano Giovani Segantini (1858-1899). Cuando Webern compuso esta obra contaba con 19 años y aún no se había establecido en el método de composición dodecafónica por lo que esta obra pertenece al período postrromántico al cual también pertenecía la gran obra de su maestro Arnold Schoenberg, La noche transfigurada, de 1899, y con la cual tiene reminiscencias idiomáticas, sin embargo ya se pueden atisbar ciertos rasgos que anunciarán el importante cambio musical como cadencias fueras de ritmo y pasajes de transición. Segantini se vió salpicado por la corriente divisionista de un Seurat, en general por el postimpresionismo, y también por el simbolismo, combinando con gran originalidad el dibujo academicista con el colorido de corrientes casi expresionistas. Se trata de un pintor que auna fuentes corotianas -según mi parecer- con la fuerza de colorido de un Van Gogh, y sumido en una estética puntillista que rememora a Signac. En 1896 comienza un gran proyecto para ser expuesto en el pabellón de su país en la exposición universal de París, pero ese proyecto quedará reducido al llamado tríptico alpino (la naturaleza, la vida, la muerte) en el que se representan escenas pertenecientes a la primavera, el verano y el invierno (se le olvidó el otoño).Me gustaría significar para la música lo que Segantini representa para la pintura", escribió Webern en noviembre de 1904, “esta música tendría que ser una música escrita en soledad, lejos del mundanal ruido, contemplativa de glaciares y de hielos y nieves eternos, a la sombra de montañas gigantescas, es decir, tendría que ser como los cuadros de Segantini”. Cuando Webern compuso este cuarteto para cuerda aún no se había graduado, lo haría en 1908 con su Pasacaglia op.1, una obra deudora del contrapunto bachiano. Luego entraría a formar parte de la que se dio en llamar segunda escuela de Viena (en referencia a una hipotética primera escuela formada por Mozart, Haydn y Beethoven) y que bajo el pofesorado de Arnold Schoenberg y junto a su amigo Alban Berg abriría las puertas del serialismo y de una nueva tonalidad, en definitiva, emprenderían un camino increíble hacia una nueva forma de entender la música. Stravinsky dijo de su música: "Condenado al fracaso total en un mundo sordo de ignorancia e indiferencia, inexorablemente continuó puliendo sus diamantes, sus impresionantes diamantes, de cuyas minas tenía un perfecto conocimiento". Y es curioso como toda la obra de Webern resalta por su corta duración, condensando en poco minutos, a veces segundos, piezas de gran intensidad y repleta de recursos orquestales y sonoros, y cómo todo su opus no rebasa en duración a algunas obras sueltas de otros compositores. Webern tuvo un final trágico ya que murió por una bala perdida cuando ya había concluido la segunda guerra mundial. Atendiendo a la idea de Webern de escritura en soledad, lo últimos años de vida Segantini se retiró a las montañas, y ese ansia por el aislamiento se plasma en su obra donde unos paisajes rurales denotan una desolación que nos recuerda a los bodegones que pintaría años más tarde Morandi.

1 comentario:

JUAN MIGUEL dijo...

Gracias! Encontrar artículos como este resulta de gran utilidad para dar profundidad (y al mismo tiempo simplificar) la labor pedagógica. Saludos desde Bogotá, Colombia!