En 1848 un grupo de tres artistas jóvenes -a los que más tarde se unirían otros- forman en Londres la Hermandad de los prerrafaelistas. Dante Gabriel Rossetti, John Everett Millais y William Holman Hunt hacen un llamamiento al espíritu medieval del artista, donde el acercamiento a dios es más importante que la fama del pintor. Ellos piensan que la pintura ha ido complicándose artificiosamente desde los tiempos del renacimiento y por eso pretenden volver a la visión más pura de la época anterior a Rafael, de ahí el nombre de prerrafaelistas. Renunciaban al claro-oscuro propio de Reynolds y empleaban colores frescos y uniformes en nombre del naturalismo y la verdad. Pero estas ideas tan alentadoras caen finalmente en algunas contradicciones que terminan por disolver la verdadera intención del grupo y que origina una caída en el absurdo y una falta de peso importante en la historia del arte, lo cual es una pena ya que pienso que eran unos pintores con una técnica excepcional. Para empezar estaban en contra de la industrialización de la sociedad -en plena época de desarrollo industrial-, sin embargo se apoyaban en la cámara fotográfica para llevar a cabo algunas composiciones -que si bien no está directamente relacionada con la industria sí es un avance tecnológico que los aleja de la época de Orcagna y Gozzoli. También huían del efectismo hiperrealista de las formas renacentistas evocando preferentemente un estilo cuatrocentista más propio de Piero della Francesca pero a la vez algunos de sus miembros como Millais realizaban una pintura con una minuciosidad de detalles que lo acercaba más a Ingres que a Mantegna. El influyente teórico Ruskin decía que cuanta más precisión se persigue en reproducir la naturaleza más perfecto es el honor que se le rinde a Dios, y el apoyo de este tipo fue fundamental para dar a conocer a los prerrafaelistas. Propagaban que en sus cuadros utilizaban motivos religiosos pero pronto recurrieron a obras literarias románticas y a Shakespeare y a baladas folk recolectadas por Walter Scott lo cual dotó a sus obras de una sensiblería traumatizada que puede ser fácilmente identificada con la cursilería más banal y en las que incluso se pueden apreciar recurrentes formas de sensualidad explícita que contrarian cualquier forma de virtud cristiana. Otra motivación literaria la encontraron en el poeta Tennyson cuyos libros ilustraron. Waterhouse pintó The lady of Shalott (figura de la izquierda), y aunque es un autor que no suele aparecer en los libros de historia del arte es uno de mis pintores preferidos. Pero para mi el más complejo e interesante de todos ellos fue Rossetti. Aunque Rossetti ha sido criticado por su "insensibilidad", Alastair Mackintosh dice de su obra: "Las figuras de sus pinturas parecen incómodas en sus cuerpos, como si el dualismo entre cuerpo y espíritu las estuviera rompiendo", precisamente esa "no formalidad" académica es lo que me llama la atención de Rossetti, de forma que las presencias lánguidas y depresivas de sus Lady Lilith, Beata Beatrix y La anunciación (la figura del inicio) son terriblemente conmovedoras. Luego se le fue la perola y se metió en un estilo más sensual coincidiendo con su encuentro con Fanny Cornforth quien le serviría de modelo, inspiración y algo más en cuadros como Bocca Bacciata y también sedujo a Jane Morris, la mujer del decorador de art noveau William Morris en quien se inspiró para su Mona Pomona de 1864 y Proserpina del mismo año con los que emprende un nuevo camino en el que se limita a representar la belleza femenina y que contó con la desaprobación de su "hermano" Hunt ya que según cuenta en una carta a Thomas Combe Rossetti sigue en estos cuadros el principio de la mera gratificación visual sin ninguna pasión en absoluto y aunque la ejecución le parece notable la sensualidad y las influencias de pinturas extranjeras -si no he traducido mal- echan a perder la nueva tendencia. Precisamente Hunt fue el que llevó los principios religiosos prerrafaelistas a su máxima expresión con cuadros como La luz del mundo (figura de la izquierda), donde un cristo resucitado, extenuado, parece llamar a la puerta de alguien -a su propia alma en realidad- y donde se observa que el cristo debe llevar un buen rato ahí esperando pues ha crecido la hierba hasta una altura que incluso tapa la puerta, y también Millais con su Jesucristo en casa de sus padres aborda el tema bíblico y aquí la virgen arrodillada es besada por su hijo -clara alusión a la traición de Judas- mientras José parece que intenta quitarlo de en medio porque estorba -ante la presencia en la escalera de la paloma/espíritu santo, y es que las pinturas prerrafaelistas están repletas de símbolos-, no obstante Hunt escandalizó con su cuadro La conciencia del despertar donde una prostituta está sentada sobre un caballero a plena luz del día y que parece despertar de su vida de perversión a través de una música (?), y parece que por eso pone esa cara de idiota. Hunt además visitó tierra santa para obtener una inspiración divina directa -extraño tipo. Madox Brown también realizó pintura biblíca con el original Jesús lavando los pies a san Pedro, una muy particular visión de la última cena y con un tratamiento pictórico que a mi me recuerda a los frescos de Giotto. De todos ellos el más virtuoso fue sin duda Millais cuya Ofelia (figura de abajo) -pintada a los veintitrés años- es una de las pinturas más fascinantes del siglo. Con una perfección técnica asombrosa Millais utilizó a la musa del grupo llamada Elizabeth Siddal -que finalmente se casaría con Rossetti en 1855 tras haberle servido de motivo en numerosos cuadros y que finalmente murió por sobredosis de láudano en 1862, desesperada por las infidelidades de Rossetti- y que Millais pintó en la bañera de su casa durante horas -tardó cuatro meses en terminar el cuadro- lo que le acarreó tal gripazo a la muchacha que el pintor se vio obligado a pagarle la factura del médico, qué menos. Este cuadro se encuentra en la Tate Gallery y sólo por verlo merece la pena viajar a Londres. Hay que tener en cuenta que ésta fue la forma en la que el realismo que en Francia desarrollaban Millet o Chardin estaba teniendo lugar en Inglaterra, un realismo mezclado con simbolismo que se quedó a medio camino de todo. Preparando esta entrada he podido apreciar la gran semejanza en algunas intenciones pictóricas entre el emergente Renoir y la obra última de Rosetti, lo que me hace sospechar que esta gente podía haber llegado más lejos si se lo hubieran propuesto y se hubieran dejado de tanta hermandad e historias raras. Éste es un tema que me gustaría tratar con más dedicación así como el de otros prerrafaelistas como Edward Burne Jones y su posible relación con la obra de Puvis de Chavannes, y otra cuestión absolutamente increíble como es la de que la mayor fuente de inspiración de Burne Jones fuera ¡el mismísimo Rafael!
lunes, febrero 12, 2007
Los prerrafaelistas.
En 1848 un grupo de tres artistas jóvenes -a los que más tarde se unirían otros- forman en Londres la Hermandad de los prerrafaelistas. Dante Gabriel Rossetti, John Everett Millais y William Holman Hunt hacen un llamamiento al espíritu medieval del artista, donde el acercamiento a dios es más importante que la fama del pintor. Ellos piensan que la pintura ha ido complicándose artificiosamente desde los tiempos del renacimiento y por eso pretenden volver a la visión más pura de la época anterior a Rafael, de ahí el nombre de prerrafaelistas. Renunciaban al claro-oscuro propio de Reynolds y empleaban colores frescos y uniformes en nombre del naturalismo y la verdad. Pero estas ideas tan alentadoras caen finalmente en algunas contradicciones que terminan por disolver la verdadera intención del grupo y que origina una caída en el absurdo y una falta de peso importante en la historia del arte, lo cual es una pena ya que pienso que eran unos pintores con una técnica excepcional. Para empezar estaban en contra de la industrialización de la sociedad -en plena época de desarrollo industrial-, sin embargo se apoyaban en la cámara fotográfica para llevar a cabo algunas composiciones -que si bien no está directamente relacionada con la industria sí es un avance tecnológico que los aleja de la época de Orcagna y Gozzoli. También huían del efectismo hiperrealista de las formas renacentistas evocando preferentemente un estilo cuatrocentista más propio de Piero della Francesca pero a la vez algunos de sus miembros como Millais realizaban una pintura con una minuciosidad de detalles que lo acercaba más a Ingres que a Mantegna. El influyente teórico Ruskin decía que cuanta más precisión se persigue en reproducir la naturaleza más perfecto es el honor que se le rinde a Dios, y el apoyo de este tipo fue fundamental para dar a conocer a los prerrafaelistas. Propagaban que en sus cuadros utilizaban motivos religiosos pero pronto recurrieron a obras literarias románticas y a Shakespeare y a baladas folk recolectadas por Walter Scott lo cual dotó a sus obras de una sensiblería traumatizada que puede ser fácilmente identificada con la cursilería más banal y en las que incluso se pueden apreciar recurrentes formas de sensualidad explícita que contrarian cualquier forma de virtud cristiana. Otra motivación literaria la encontraron en el poeta Tennyson cuyos libros ilustraron. Waterhouse pintó The lady of Shalott (figura de la izquierda), y aunque es un autor que no suele aparecer en los libros de historia del arte es uno de mis pintores preferidos. Pero para mi el más complejo e interesante de todos ellos fue Rossetti. Aunque Rossetti ha sido criticado por su "insensibilidad", Alastair Mackintosh dice de su obra: "Las figuras de sus pinturas parecen incómodas en sus cuerpos, como si el dualismo entre cuerpo y espíritu las estuviera rompiendo", precisamente esa "no formalidad" académica es lo que me llama la atención de Rossetti, de forma que las presencias lánguidas y depresivas de sus Lady Lilith, Beata Beatrix y La anunciación (la figura del inicio) son terriblemente conmovedoras. Luego se le fue la perola y se metió en un estilo más sensual coincidiendo con su encuentro con Fanny Cornforth quien le serviría de modelo, inspiración y algo más en cuadros como Bocca Bacciata y también sedujo a Jane Morris, la mujer del decorador de art noveau William Morris en quien se inspiró para su Mona Pomona de 1864 y Proserpina del mismo año con los que emprende un nuevo camino en el que se limita a representar la belleza femenina y que contó con la desaprobación de su "hermano" Hunt ya que según cuenta en una carta a Thomas Combe Rossetti sigue en estos cuadros el principio de la mera gratificación visual sin ninguna pasión en absoluto y aunque la ejecución le parece notable la sensualidad y las influencias de pinturas extranjeras -si no he traducido mal- echan a perder la nueva tendencia. Precisamente Hunt fue el que llevó los principios religiosos prerrafaelistas a su máxima expresión con cuadros como La luz del mundo (figura de la izquierda), donde un cristo resucitado, extenuado, parece llamar a la puerta de alguien -a su propia alma en realidad- y donde se observa que el cristo debe llevar un buen rato ahí esperando pues ha crecido la hierba hasta una altura que incluso tapa la puerta, y también Millais con su Jesucristo en casa de sus padres aborda el tema bíblico y aquí la virgen arrodillada es besada por su hijo -clara alusión a la traición de Judas- mientras José parece que intenta quitarlo de en medio porque estorba -ante la presencia en la escalera de la paloma/espíritu santo, y es que las pinturas prerrafaelistas están repletas de símbolos-, no obstante Hunt escandalizó con su cuadro La conciencia del despertar donde una prostituta está sentada sobre un caballero a plena luz del día y que parece despertar de su vida de perversión a través de una música (?), y parece que por eso pone esa cara de idiota. Hunt además visitó tierra santa para obtener una inspiración divina directa -extraño tipo. Madox Brown también realizó pintura biblíca con el original Jesús lavando los pies a san Pedro, una muy particular visión de la última cena y con un tratamiento pictórico que a mi me recuerda a los frescos de Giotto. De todos ellos el más virtuoso fue sin duda Millais cuya Ofelia (figura de abajo) -pintada a los veintitrés años- es una de las pinturas más fascinantes del siglo. Con una perfección técnica asombrosa Millais utilizó a la musa del grupo llamada Elizabeth Siddal -que finalmente se casaría con Rossetti en 1855 tras haberle servido de motivo en numerosos cuadros y que finalmente murió por sobredosis de láudano en 1862, desesperada por las infidelidades de Rossetti- y que Millais pintó en la bañera de su casa durante horas -tardó cuatro meses en terminar el cuadro- lo que le acarreó tal gripazo a la muchacha que el pintor se vio obligado a pagarle la factura del médico, qué menos. Este cuadro se encuentra en la Tate Gallery y sólo por verlo merece la pena viajar a Londres. Hay que tener en cuenta que ésta fue la forma en la que el realismo que en Francia desarrollaban Millet o Chardin estaba teniendo lugar en Inglaterra, un realismo mezclado con simbolismo que se quedó a medio camino de todo. Preparando esta entrada he podido apreciar la gran semejanza en algunas intenciones pictóricas entre el emergente Renoir y la obra última de Rosetti, lo que me hace sospechar que esta gente podía haber llegado más lejos si se lo hubieran propuesto y se hubieran dejado de tanta hermandad e historias raras. Éste es un tema que me gustaría tratar con más dedicación así como el de otros prerrafaelistas como Edward Burne Jones y su posible relación con la obra de Puvis de Chavannes, y otra cuestión absolutamente increíble como es la de que la mayor fuente de inspiración de Burne Jones fuera ¡el mismísimo Rafael!
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