miércoles, julio 15, 2009



Historias de Milano (VI):
Monet, Tacita Dean.

Tuve oportunidad de ver en Milán algunas exposiciones temporales realmente interesantes. Una de ellas en el Palazzo Reale, ahora en obras y que será futura ubicación del Museo del Novecentto. Hasta entonces allí sólo hay exposiciones temporales. Tres había cuando estuve en Milán. La más interesante la de Monet: Il tempo delle ninfee, que recoge una buena cantidad de cuadros de la época de Monet en Giverny, y procedentes todos del Museo Marmottan de París, un museo dedicado a Monet y que curiosa y lamentablemente aún no he visitado en la capital francesa a pesar de haber estado alllí varias veces -¡pero es que París absorbe mucho y nunca hay tiempo para nada! Es en 1890 cuando Monet se traslada a Giverny, al norte de París, y donde va a preparar un jardín extraordinario que servirá de modelo para su gran producción de esos años. La muestra recoge 20 cuadros de Monet y algunos grabados de maestros japoneses (hasta 60) como Hokusai e Hiroshige, provenientes del Museo Guimet, en París también, ya que Monet sintió predilección por el arte japonés y le influyó enormemente en sus composiciones, pues le dio muchas claves en la representación de la naturaleza y del paisaje. En la última sala hay una serie de preciosas fotografías del siglo XIX de jardines japoneses. La capacidad de Monet para prever la llegada del expresionismo abstracto es impactante y el colorido, la ausencia de horizonte, y de referencias espaciales, en estos cuadros de lirios de agua (Ninfee de 1907, Stagno con ninfee, de 1919, Ninfee de 1917), puente japonés -una extraordinaria serie donde la luz de las distinas horas del día convierten al mismo motivo en cuadros absolutamente diferentes-, y otras imágenes del jardín como La barca de 1897, nos confirman a Monet como el gran predecesor de artistas como Pollock, donde la pintura priva sobre lo representado, y la luz, el color, y la materia adquieren personalidad propia. El resultado es una espectacular exposición con múltiples textos en italiano e inglés, y que, aunque un poco cara, 9 euros, mereció la pena visitar. Otra exposición temporal interesante tuvo lugar en otro palacio, esta vez en el Palazzo Dugnani, en pleno Giardini Publici, y de acceso gratuito. Tacita Dean es una joven artista (nacida en Canterbury en 1965) que nos ofrece una muestra de video arte con varias obras que combinan la multiplicidad de proyecciones con la inmovilidad de lo filmado. Por ejemplo en Still Life (Naturaleza muerta), rueda en blanco y negro en el estudio de la Via Fondazza de Bolonia de Giorgio Morandi, donde éste vivió y trabajó durante 50 años. Tacita Dean lo define como "el pintor que pudo pintar el polvo", y dice de su experiencia en el estudio de Morandi: "La milagrosa opacidad de sus objetos pintados se encontraba allí en los propios objetos". Resultó curioso ver este video de los objetos de Morandi, allí, quietos, viendo pasar el tiempo, caerles el polvo. yo había ido a Milán a ver cuadros de Morandi entre otros artistas italianos, y me encuentro indagando en el meollo de la cuestión gracias a la obra de Tacita Dean. Otros videos son "Mario Merz", donde el artista italiano de arte povera se sienta en su jardín de su casa de la Toscana y simplemente está allí, sin contestar a preguntas ni nada. O el perturbadorMerce Cunningham Performs Stillness, de 2008, donde el vetusto bailarín está sentado y escuchando una pieza de John Cage. Lo malo de la exposición fue que en el Palacio Dugnani hacía un calor tremendo y uno estaba deseando pasar a la siguiente sala con lo cual muchas proyecciones no las vi enteras, así que no sé si al final Cunningham se mueve de la silla, o Merz dice algo interesante.

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