El libreto de la exposición (obra de Susanne Neuburger y Jörg Wolfert) comienza con cautela: "A primera vista la muestra puede resultar un poco sorprendente" -¿Sólo un poco?, ya veremos-. "La galería parece vacía" -¿parece? ¡no hay nada! No desespero, se está fresquito y aún quedan dos horas y media para el cierre (al contrario que la mayoría de museos de Viena, que cierran a las 18 h, el mumok lo hace a las 19 h)-. Voy leyendo el folleto: "No hay cuadros ni fotografías en las paredes" -Ni en las paredes ni en ningún sitio, el vigilante da vueltas sobre sí mismo, me pregunto si no forma parte de alguna instalación oculta, a estas alturas uno no puede estar seguro de nada cuando pisa una muestra de arte moderno-. "La primera impresión es que sólo se ven paredes blancas vacías e instalaciones arquitectónicas en forma de simples cubos blancos" -al menos son sinceros-. El artista y director de cine Josef Dabernig (nacido en Kötschach-Mauthen en 1956, y con cierto parecido físico a Thomas Bernhard) ha creado una instalación espacial que "aprovecha" el potencial ofrecido por las tres plantas del museo -imaginamos a Dabernig pensando mientras merienda: ahora cómo diablos relleno todo esto (ya está, tengo el nombre de la exposición, ¡Rock the void! (sacude el vacío)..., luego utilizaré el espacio para realizar una crítica feroz al mundo de los museos...)-. Recorro las distintas salas cúbicas donde aguardan sorpresas. Veo algunos vídeos -que van desde lo cotidiano a lo absurdo -más bien enclavados en la frontera entre ambos (es decir, la realidad)(-)- geniales -otros menos-, vitrinas con artículos singulares -léase también cotidiano-poéticos (desde el punto de vista artístico -no sé qué es-)-, y esculturas geométricas (compuestas por barras adheridas a la pared -"Al final de la sala, en la pared frente a la entrada, hay una instalación con forma de red, en la que se transforman elementos arquitectónicos en escultóricos. Se trata de simple perfiles de aluminio, elementos prefabricados para tecnología de fachadas"). La idea es enfrentar el espacio expositivo -el edificio incluso- con la obra expuesta, realizando un cruce de referencias acerca del aislamiento de las muestras de arte en el mundo real -no sé si lo consigue o no -Reflexión: el riesgo al que se expone (nunca mejor dicho) Dabernig es que el uso de la caricatura le conduzca al mismo camino de insignificación que pretende criticar-. Pero donde brilla el talento de Dabernig es sobre todo en los films. En el primero,
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Wisla (foto Kovalski) |
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Lancia Thema |
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River Plate |
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Hypercrisis |
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Rosa Coeli |
El tiempo que duraba la exposición incluía una charla con el artista (el 11/9) y una excursión en autobús con Dabernig a las localizaciones de Rosa Coeli (el 6/9). Lamentablemente mi estancia en Viena no coincidió con ninguno de los dos eventos.
Web de Josef Dabernig
Web del mumok
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mumok (foto Kovalski) |