lunes, abril 28, 2008

La noche, de Max Beckmann.

 



Hace un par de semanas escribí acerca del cambio artístico (y mental) que supuso para Beckmann la primera guerra mundial, y hoy me apetece comentar (o más bien, que los entendidos comenten) uno de sus cuadros más impresionantes: La noche, de 1919. Supongo que si tuviéramos que escoger un cuadro de la historia del arte en el que el mal estuviera representado habría que escoger El Guernica de Picasso, El triunfo de la muerte, de Brueghel, o quizás este La noche, de Max Beckmann. Al contrario que sus compatriotas Otto Dix y George Grosz, Beckmann se ocupaba del tema del mal (un tema harto didáctico) de forma más filosófica -potenciando el mal a su propia esencia humana-, eludiendo el "realismo cínico" de aquellos -que tan buen resultado daba, por otro lado. El impacto que tuvo en él la pintura gótica descubierta en una visita a París en 1904 afloró en su arte después de la guerra en forma de figuras alargadas, y en la multiplicidad de puntos de vista, ocasionando una impresion grotesca y mutilada de la realidad. Según la Historia del arte de Salvat en su artículo La última fase del expresionismo alemán: "Probablemente representa la irrupción de una banda de criminales en un hogar de clase media, la atmósfera de terror y sadismo está obtenida no sólo por los detalles anecdóticos del tema, sino por la tensión entre formas y espacio que lleva a resultados incoherentes (por ejemplo, la distancia que separa el cuerpo de la mujer, situada en primer término, de sus manos atadas al marco de la ventana que está al otro lado de la mesa)"; y también: "Las figuras pálidas y repulsivas, el horror descrito con toda suerte de detalles hasta herir la sensibilidad y una meditada deformación del espacio, fueron los recursos de un arte comprometido y realista". Dietmar Helger también nos habla de este cuadro en su magnífico libro Expresionismo, de la editorial Taschen: "El óleo La noche es la obra más sobresaliente de estos tempranos años. Después del estallido de la revolución de noviembre de 1918 imperaban la violencia, el caos, el crimen político, y la población padecía hambre; en marzo de 1919, una huelga general fue acallada sangientamente. En La noche de Beckmann, la violencia de la calle penetra en la casa. Tres esbirros han entrado en la pequeña buhardilla y torturan y vejan a una pacífica y desamparada familia. El hombre es estrangulado y le rompen el brazo izquierdo. La medio desnuda y maniatada mujer ha sido violada. Uno de los torturadores ha agarrado al desamparado y temeroso niño. Los tablones del piso, la mesa y las maderas del techo, pero sobre todo los cuerpos salientes , llenan la estrecha superficie y la tensan en un complicado tejido de líneas. La perspectiva parece rota y desfigurada. Las cristalinas y agudas líneas y superficies (según el propio Beckmann) de la composición y la irreal y mortecina luz incrementan aún más la expresión de violencia que domina la drástica escena, y a pesar de ello, la escena de Beckmann no persigue reproducir auténticamente el asalto terrrrífico; ha tipificado mucho las figuras y estilizado el espacio pictórico." Para mi el detalle más maquiavélico es el del torturador fumando en pipa. ¿Qué pretendía Beckmann con este cuadro? "Dar a los hombres una imagen de su destino", diría el pintor. Más interesantes comentarios sobre este cuadro, en este caso Robert Hughes en El impacto de lo nuevo: "Como podemos ver, aquí Beckmann inmoviliza la violencia de sus imágenes en unas lentas, o completamente estáticas, estructuras de vigas, travesaños, mesas, torsos, miembros; un rígido estiramiento de formas sale repentinamente de esa imagen plana, como la pierna del ahorcado a la izquierda, o las complicadas conexiones entre el fondo y el primer plano que imprimen a sus escenas una apariencia atiborrada, compacta, transmutando la compresión espacial de los retablos del gótico alemán -junto con su palurdo sadismo- en el marco de modernas crucifixiones y calvarios. La noche relata la violencia de los abortados levantamientos de la izquierda alemana, lo que se hace más evidente cuando advertimos que el hombre que está a la derecha, con gorra de visera y guardapolvo, se parece deliberadamente a Lenin (...). Se trata de una brillante síntesis de signos tradicionales para expresar el sufrimiento mezclándolo con la amenazadora sensación del poder de los artefactos de la modernidad. El oscuro bostezo de la bocina del gramófono es casi tan horrible como la boca en El grito de Munch." Es decir, en un párrafo nos encontramos a Grünewald -sugerido subliminalmente-, Munch, y casi me atrevería a decir Picasso -por aquello del aspecto cubista de los elementos arquiéctónicos, bajo un prisma perspectivo irreal-, es decir, un compendio de genialidades -o inspiraciones- confluyendo en una obra terrible pero maestra, agónica pero necesaria, y que a veces me pregunto si me atrevería a ver en directo, tal es el horror que transmite. Por si alguien estuviera interesado diré que se encuentra en Dusseldorf, en la K20 de la Kunstsammlung Nordrhein-Westfalen, aunque tendréis que tener un poco de paciencia pues precisamente hoy, 28 de abril de 2008, cierra esta parte del museo, dedicada al arte del siglo XX, hasta el otoño de 2009 por reformas en el edificio de la Grabbeplatz .

lunes, abril 21, 2008

Pietr Aertsen. Un bodegón perdido en el tiempo.


Tras este cursi subtítulo he querido preludiar el artículo sobre el pintor holandés del siglo XVI Pietr Aertsen, pues me parece que la obra de este magnífico artista está un poco perdida y no se encuentra lo valorada que creo debería estar. Aertsen nació en Amsterdam en 1508 y murió en 1575, es decir, fue contemporáneo de Pietr Brueghel (1525-1569), y algo posterior a El Bosco (1453-1516). Fue un artista especializado en escenas domésticas y en bodegones. Pudo tener influencia en Caravaggio por la forma natural con que vestía a sus personajes -sus cuadros llegaban a Italia con relativa facilidad-, y en el joven Velázquez -algunas de sus pinturas llegaron a Sevilla por medio de comerciantes flamencos y, aunque no se trata de un bodegón, en el Museo de Bellas Artes de Sevilla se puede admirar hoy día La coronación de la Virgen, de 1560, de este pintor flamenco- por el estilo de sus naturalezas muertas y por la incorporación de éstas a escenas con figuras humanas como hiciera posteriormente Velázquez en sus obras maestras de la época sevillana Vieja friendo huevos, y Cristo en casa de Marta y María (un tema que ya había tratado el propio Aertsen con gran originalidad). De hecho, Aertsen, fue uno de los primeros pintores que propiciaron la revalorización de los bodegones como obra artística, ya que hasta esos momentos este género estaba bastante desconsiderado. También es conocida la influencia que tuvo en maestros del siglo XVII como Rubens o Jordaens por su pincelada amplia y suelta. Aunque comenzó pintando temas religiosos (sobre todo retablos de iglesias), la reforma religiosa en su país que provocó la destrucción de muchas obras suyas (destruidas directamente o bien víctimas de incendios de las iglesias que las albergaban durante las guerras religiosas en Holanda) le invitó a ir cambiando de temática (escenas de mercado y "tablas" de cocina con frutas, queso, pescado, vegetales, canales -¿alguien dijo Rembrandt?-, etc...; Aertsen es reconocido aún hoy en día como "el pintor de las cocinas"), de forma que se tiene la tentación de subordinar sus escenas religiosas a sus más conocidas obras populares cuando la brillantez y magnificiencia de estos cuadros religiosos hacen de este pintor un gran pintor religioso igualmente. Era conocido como Peter el Largo por su gran estatura y fue aprendiz de Allert Claesz, aunque comenzó su andadura de la mano de Jan Mandyn, un seguidor de El Bosco. Sus dos hijos también fueron pintores y un alumno suyo fue Joachim Beuckelaer (su sobrino) que recogió el legado de Aertsen inclinándose por los mismos temas cotidianos, de forma que a veces nos resulta difícil diferenciar las obras del tío y del sobrino. La calidad de los objetos representados tales como mobiliario, alimentos, aves, objetos decorativos, etc, es de un realismo sobrecogedor. Así mismo son impresionantes las expresiones de los personajes, unas caras que parecen sacadas de un sueño, como si una ligera deformación dotara a sus rasgos de una humanidad excepcional pero carente de sentido. Bueno, cuando vi el cuadro citado más arriba en Sevilla fue lo que más me llamó la atención, esas caras casi caricaturescas, un recurso que lejos de deshumanizar a las figuras las envuelve de un desconcertante halo de longevidad que soy incapaz de explicar -como cualquier otra cosa, por dios- a la vez que el magnífico estado de la pintura -aunque con un pequeño golpe en la frente de una de las figuras-, de colorido brillante e impoluto. En el más puro estilo flamenco, los rostros de Aertsen traen a la mente a los doctores de Cristo y los doctores de 1506 de Durero en el Thyssen de Madrid, y por supuesto a esos personajes brueghelianos de El banquete de bodas o La parábola del ciego -actualmente Aertsen es considerado un pintor tan importante como Brueghel quien comparte también el gusto por las escenas multitudinarias. Un pintor a descubrir que posee obras en los más grandes museos del mundo como son la Gemaldegalerie de Berlín, El Ermitage de San Petersburgo, el Kunsthistorisches Museum de Viena, la National Gallery y el Courtauld Institute en Londres, y por supuesto en el Rijksmuseen de Amsterdam, entre otros.

lunes, abril 14, 2008

MAX BECKMANN: La guerra, la locura, el genio.


Max Beckmann nace en Leipzing en 1884 y muere en Nueva York en 1950. Pronto queda huérfano y comienza a dibujar en el internado donde hace posar a sus compañeros a quienes recompensa dándoles su merienda. En 1906 se casa con Minna Tube, va de viaje de bodas a París y luego disfruta de una beca en la Villa Romana de Florencia. Miembro de la Secesión berlinesa -algo así como la academia oficial de arte- su situación artística se encontraba más próxima al pasado -junto a autores como Liebermann y Corinth- que a sus coetáneos expresionistas Kirchner, Heckel, Marc, y Kandinsky, sin embargo más tarde sería perseguido en 1937 por la acción Arte Degenerado y 590 obras suyas fueron secuestradas de los museos alemanes. ¿Cómo se produjo este cambio tan drástico? Luego lo veremos. Es elocuente de esta disposición artística conservadora el enfrentamiento que mantuvo con Franz Marc respecto a la exposición de éste titulada La nueva pintura. Aunque admiraba a Cezanne, Beckmann criticaba duramente la obra de Gauguin, Picasso y Matisse. Hablaba despectivamente de la obra de éstos comparándolas con arte industrial "los tapices de Gauguin, las telas de Matisse, los tableritos de ajedrez de Picasso". De Gauguin decía que se había apoderado de la estética del arte primitivo ignorando su origen religioso y etnológico y de Matisse "es un representante aún más triste de ese Arte de de museo etnológico, sección Asia. Sólo que él además toma esto de segunda mano, de Gauguin o Munch". Comparte con el ideario futurista la bienvenida a la primera guerra mundial "Estamos de acuerdo en que no sería nada malo para nuestra cultura bastante desmoralizada de hoy en día, el que todos los instintos e impulsos se encadenaran otra vez en un interés común." Participó en el frente de Bélgica como soldado enfermero y su propósito radicaba en adquirir experiencias que recondujeran su arte: "Para mi, la guerra es un milagro, aunque sea un tanto incómodo. Mi arte tiene de comer aquí". Pero como otros pintores de su época -Kirchner, por ejemplo- sufrió en 1915 un colapso psíquico y fue dado de baja del servicio militar, marchando entonces a Francfort. Nos cuenta Dietmar Elger cómo la guerra habilitó el cambio en Beckmann: "Después de la guerra, las escenas apocalítpicas de grandes formatos no vuelven a aparecer en su mundo pictórico. Beckmann concentra ahora su mirada en el individuo, en su situación, su impotencia y desamparo en un mundo infernal y lleno de violencia. De tal manera, al poner al hombre individual en el centro de su interés, se niega al mismo tiempo toda generalización ideológica. A diferencia de Dix y Grosz, el arte de Beckmann no se deja enmarcar políticamente. Con los nuevos contenidos se introduce también una transformación en el lenguaje formal. Beckmann reduce el colorido y la aplicación de la pintura se vuelve más fluida. Café opaco, gris y amarillo dominan la superficie; pocos tonos brillantes se encargan de poner los acentos. Los cuerpos y los rostros aparecen mortecinos y un tanto mórbidos; la misma transformación ha sufrido las formas antes atléticas de sus personajes. Sus cuerpos son ahora extremadamente largos, de contornos angulares y rígidos, y en parte de miembros deformados". En esta época de reorientación creativa surgen sus grabados (1915-22), seducido por la espontaneidad y rusticidad del buril trabaja esta práctica como hicieran sus compatriotas expresionistas con gran acierto. Hughes también nos comenta este drástico cambio en la pintura de Beckmann: "Beckmann también había salido salido de la guerra" -se había referido a Kokoschka-"en un estado de traumática conmoción; casi se volvió loco tras prestar servicio en el cuerpo médico en las trincheras de Flandes, y en 1915, lo licenciaron del ejército por invalidez, sufriendo ataques de alucinación y sumido en una insoportable depresión.". El propio Beckmann escribió: "Ese espacio infinito cuyo primer plano siempre tenía que llenarse con alguna que otra tontería, a fin de disfrazar su espantosa profundidad. Ese sentimiento de estar desamparado para siempre, eternamente. Esa soledad." Muy interesante lo que nos cuenta Hughes "Invocando los nombres de Van Gogh, Brueghel, Cezànne y Mathias Grünewald, enalteció "el arte del espacio y la profundidad" como el único que podía resistir el peso de los significados sociales. "Yo sé que nunca renunciaré a la plenitud del volumen. Ni arabescos, ni caligrafías, sino plenitud, lo escultural", Beckmann dixit. En la Tate Modern de Londres se encuentran grandes obras de grandes maestros, sin embargo los cuadros que más tiempo estuve observando fueron los dos de Beckmann. Bien es cierto que iba predispuesto a esto pues Beckmann es uno de mis pintores favoritos, sin embargo resultó sorprendente comprobar cómo al estar allí frente a ellos la genialidad y la locura se daban la mano a través de sus personajes deformes y pintorescos. Estos cuadros son Carnaval -donde se representan dos amigos suyos actuando como payasos- de 1920, y Prunier -el nombre de un famoso restaurante parisino frecuentado por Beckmann en los años 30- de 1944 donde alejándose totalmente de la humildad de los comedores de patatas de Van Gogh representa la grotescidad de la comida gúlica y desenfrenada de dos comensales definitivamente horrorosos.

miércoles, abril 09, 2008

2008, "Año Twombly".


Cy Twombly nació en Lexington, Virginia en 1928. Perteneciente a la segunda generación de pintores abstractos americanos su estilo puede ser encuadrado sin embargo en el de pintura caligráfica o simbolismo romántico con empleo de caligrafías, formas lineales y sombras sobre el lienzo blanco. Sin duda tuvo algo que ver su trabajo en el ejército como criptógrafo. En la década de los 50 trabajó con Jasper Jons y Rauschenberg y en el Black Mountain College coincidió con John Cage -este tipo estaba en todos lados-, Franz Kline y Robert Motherwell. Recurre con frecuencia a poemas de Mallarmé como en su serie The Apollo and the artist y en los 8 dibujos con la palabra "VIRGIL". Este año va a ser un año movidito en cuanto a la exhibición de su obra en España coincidiendo con su 80 cumpleaños. En el Guggenheim de Bilbao este otoño se expondrá una retrospectiva organizada junto a la Tate de Londres y que incluirá pintura, obra gráfica y escultura; y en el Prado se podrá ver su serie Lepanto desde junio a septiembre. Estos cuadros entablarán un "diálogo" con los cuadros de batallas de la colección del museo madrileño revitalizando el género. Se trata de 12 lienzos basados en la trascendental batalla del golfo de Lepanto donde la alianza cristiana venció al ejército otomano el 7 de octubre de 1571, y que el pintor estadounidense preparó para la Bienal de Venecia en 2001. Como se ha mencionado alguna vez, este blog siente una gran admiración por Twombly ya que es uno de los grandes pintores vivos y uno de los más originales y estimulantes artistas del siglo XX. Larga vida a Twombly, por dios.