martes, enero 29, 2008

Las portadas de David McKean



Ciclo música y pintura.

David McKean.


Atípica entrada la de esta semana en El gran Kovalski. David Tench McKean es un dibujante, ilustrador, portadista, director de cine, fotógrafo e incluso músico, nacido en Maidenhead (una ciudad con nombre muy heavy), Inglaterra, en 1963. En 1983 se marcha a Nueva York donde produce una novela gráfica corta junto al guionista Neil Gaiman, llamada Violent Cases (Casos violentos), y con quien colaboraría en otros proyectos como Black Orchid, Mr. Punch y Signal to noise, donde cuenta cómo en algún lugar de Londres un director de películas está muriendo de cáncer y su gran proyecto cinematográfico -basado en la historia de una ciudad europea en el año 999 justo alrededor de la medianoche donde los habitantes esperan el apocalipsis- nunca verá la luz, de forma que la peli tiene que suceder únicamente en su mente. También en 2005 McKean y Gaiman volvieron a colaborar juntos en otro proyecto artístico, McKean debutando en la dirección de una película producida por Jim Henson llamada MirrorMask, una obra en la que Henson quiso revitalizar sus ideas de los ochenta como Dentro del laberinto (recordamos a la adorable Jennifer Connelly en busca de su hermano pequeño para liberarlo de las garras del malvado David Bowie) o El cristal oscuro (una historia macabra ¿para niños?) y que supuso una especie de nueva versión tenebrosa de Alicia en el país de las maravillas. Su trabajo fotográfico se recoge en 3 libros: Black and white lies; Option: click; y The particle Tarot:the major arcana. Pero lo que ha traido a McKean a este absurdo blog son sus ilustraciones para discos de grupos de rock como Testament -el grupo de thrash metal de Florida capitaneados por el vocalista indio Chuck Billy y por el maestro de los riffs Eric Peterson-, Fear Factory -metal industrial de la mano de Dino Cazares, ahora en Divine Heresy-, Disincarnate -el grupo de death metal del guitarrista James Murphy que sustituyera a Alex Skolnik en los propios Testament en discos como Low o el celebrado The gathering y con discos en solitario como Feeding the machine de cuya portada también es responsable McKeane-, pero también ha realizado portadas para músicos tan dispares como Michael Nyman, Tori Amos y Jocelyn Pook y de grupos de rock progresivo como Dream Theater -su flamante y laureado Metropolis part.II: Scenes from a memory- y la obra Leonardo: the absolute man, esa ópera de rock realizada por los hermanos Trent y Wayne Gardner y compañía.












Su web:http://www.mckean-art.co.uk/

lunes, enero 21, 2008

Hindemith y Grünewald.


Ciclo música y pintura.
Matías el pintor,
de Paul Hindemith.

Paul Hindemith nació en Alemania en 1895 y murió en 1963. Fue uno de los grandes compositores alemanes del siglo XX, y pese a haber desarrollado su carrera musical en el entorno musical del gran cambio tonal que supuso la segunda escuela de Viena Hindemith compuso en un estilo neoclásico de gran personalidad -es decir, no copia a Stravinsky. Durante el nazismo su música fue tachada de arte degenerado: "En el repudio de Hindemith por parte del Ministerio de Cultura, el valor o falta de valor de su obra creativa, no viene al caso. El Nacionalsocialismo pone la personalidad del artista creativo por delante de su obra. El hecho de que antes del nuevo régimen Hindemith mostrara signos de una actitud no alemana le descalifica para tomar parte en la obra del movimiento para la recuperación de la cultura"; Goebbels dijo en un discurso: "Quizá su sangre sea puramente alemana, pero esto sólo proporciona una drástica confirmación de cuan profundamente la contaminación intelectual judía ha carcomido el cuerpo de nuestro propio pueblo. Llegar a tal conclusión no tiene que ver en lo más mínimo con la denuncia política. Nadie puede acusarnos de tratar de inhibir el arte verdadero y genuino mediante reglamentos mezquinos y vengativos. Lo que deseamos ver afirmado es un punto de vista y una conducta nacionalsocialista y nadie, por importante que sea dentro de su propio campo, tiene el derecho de exigirnos que tal cosa quede confinada a la política y sea eliminada del arte. Es cierto que, en vista de la deplorable falta de artistas verdaderamente productivos en todo el mundo, no podemos permitirnos el lujo de dar la espalda a un artista verdaderamente alemán. Pero debe ser un verdadero artista, no un mero productor de ruidos atonales"; así que se las piró a Suiza, más tarde emigró -como tantos otros músicos- a EEUU para regresar en los años cincuenta a Alemania. En 1934 terminó de componer la ópera Matías el pintor, basada en la vida yu obra de Mathias Grünewald, el pintor alemán del renacimiento que otras veces ha aparecido en este blog sobre todo con su "expresionista" retablo de Isenheim. Luego compondría una sinfonía de 3 movimientos extractada de la música de la ópera, una obra que es de la más reconocidas del autor y que comprende: Concierto de los ángeles, es la obertura de la ópera -aquí se lo curró regular-; Entierro; y Las tentaciones de San Antonio. Realmente es una música fascinante, realizada en un lenguaje musical "clásico", pero que está impregnada de un impulso creativo excepcional. Otras obras de gran calidad de este músico son la Sinfonía Serena, las Metamorfosis sobre un tema de Carl Maria Von Weber, y por supuesto los Cuatro temperamentos. Escribió sonatas para diversos instrumentos de poca dificultad técnica con el fin de que pudieran ser ejecutadas por aficionados, de alguna manera Hindemith pensaba que la música debía ser un bien al alcance de todos aunque esto fuera en detrimento de la complejidad de su obra. Mathias Grünewald nació en los años 1470 en Wurzburgo y murió en Halle en 1528. En realidad se llamaba Mathis Gothard pero por un error de un escritor del siglo XVII pasará a la historia como Mathis Grünewald. Su obra más impactante es el retablo de Isenheim, en Colmar, realizado entre 1512 y 1526. Lo forman 9 paneles siendo la Crucifixión el central y más conocido. El factor expresionista y desgarrado de esta obra lo sitúan como un antecedente increíble de la obra de Goya, y mucho más tarde de neoexpresionistas como Baselitz o Saura. En su poema tríptico "Del natural", W.G. Sebald dedica la primera parte a este gran pintor. Pero esto sería ya un ciclo música-pintura-literatura, así que lo dejamos simplemente apuntado.

lunes, enero 14, 2008

Arte mesopotámico. Los inmortales.



Los inmortales del ejército de Darío se encontraban en el palacio real de la ciudad de Susa. Aunque durante los reinados de Ciro -primer rey persa- y su hijo Cambises la capital del reino estuvo en Pasagarda, Darío (522-486 a.C.) la trasladaría a Persépolis y durante el invierno a Susa -ya que en Persépolis hacía un frío que pela. Allí se erigió un palacio del que han quedado pocos restos y entre éstos se encontraron unos frisos muy deteriorados que han podido ser restaurados en alguna parte. Uno de estos frisos y quizás el más famoso de todo el arte persa es el que conforman los Arqueros reales de Darío, también llamados "los inmortales". Este apelativo lo recibían porque sus bajas en combate eran rápidamente cubiertas por otros soldados de igual valía y dispuestos en todo momento a realizar sus funciones, también alude al hecho de que su disciplina era tan férrea que no dudaban de dar su vida para salvar la del rey. Formaban la guardia personal del rey que contaba con 10.000 soldados. Estos frisos los encontró Dieulafoy en 1884 y actualmente se encuentran en el museo del Louvre. Existen precedentes de este tipo de lanceros en los relieves asirios que se encuentran en el Museo Británico de Londres. Los griegos clásicos los llamaban doríforos o lanceros persas. Portan estas figuras -hasta un total de nueve han podido recuperarse- un carcaj recubierto de piel de pantera, arco y lanza o pica con una punta plateada en el extremo. Están dispuestos en fila y por la postura de los pies se piensa que están representados mientras caminan hacia tierras del Asia occidental para impartir el pensamiento, acto y palabra del "reino de la integridad". Debieron estar ubicados en un pórtico donde servían de recepción presentando sus armas al mismo rey. Lo colores de los ladrillos esmaltados son espectaculares con tonalidades azules, verdosas y algunas veladuras terrosas, sobre los que resaltan estas figuras suntuosamente ataviadas con gran propensión de detalles en las vestimentas; como dice Pijuán en la Summa Artis: "El vestido es uniforme: la larga túnica de anchas mangas que en los arqueros de Susa está ricamente decorada. Además de la cenefa de rosetas que recorre todo el borde la túnica tiene unos recuadros tejidos donde hay figurado un castillo con tres torres almenadas". Estos inmortales miden 1,47 m de alto y a pesar de su pequeño tamaño -bueno, pequeño tamaño en los frisos- eran muy temidos por los ejércitos enemigos. En el mismo palacio se encontraron otros frisos como Leones androcéfalos alados (también hoy en el Louvre), que vuelven sus cabezas para vigilar cada uno una entrada a palacio y que están realizados con la misma técnica aqueménida de esmalte sobre ladrillo cocido que los arqueros -ya que los persas consiguieron un gran perfeccionismo en la técnica del esmalte aprendida de los kasitas y desarrollada durante el imperio babilónico-; y también friso de los grifos (en el Louvre) inspirado en las decoraciones de la puerta de Ishtar en Babilonia (bueno, esta puerta original se encuentra actualmente en Berlín, en el Museo de Pérgamo) y que representa un animal mitológico con cuerpo de león, patas de águila y cuernos de cabra. A pesar de la mala fama que los griegos pretendieron dar a los persas (crónicas de Herodoto, por ejemplo) hay que reconocer que el arte persa se caracterizó por una gran técnica y una intención a veces desmilitarizada que descubría a un pueblo bastante menos fiero y más sensible artísticamente hablando de lo que las crónicas de la época dejan ver.

martes, enero 08, 2008

José Guerrero.



Al fin pudo Kovalski leerse los dos libritos que tenía pendientes dedicados a la figura del gran pintor granadino José Guerrero. Por un lado el publicado por Antonio Muñoz Molina bajo el nombre de José Guerrero, el artista que vuelve, el cual engloba tres artículos, dos del citado Muñoz y Nueve estampas para una autobiografía, y por otro lado el impresionante catálogo de la colección José Guerrero del Centro de la Diputación de Granada. La vida y obra de este andaluz universal fue increíble. Ya en sus inicios se relacionó con Lorca y ¡Alonso Cano!. Bueno, la historia es muy sencilla, el padre de un amigo era el campanero de la catedral y prestó el estudio que existe en el campanario donde pintara Alonso Cano cuatro siglos antes a cambio de dar las campanadas cuando correspondieran. A Lorca lo conoció en el Palacio de Carlos V, bajando la cuesta Gomerez Lorca le preguntó qué quería ser de mayor y José le contestó que pintor, entonces el poeta -al que Guerrero siempre recordará con camisas de colores chillones- le aconsejó que si estaba en la clase del profesor Morcillo lo que tenía que hacer era coger los pinceles, tirarlos al aire, y marcharse. Este profesor fue quien humilló a José delante de los demás compañeros al decir que José pintaba tan mal como un pintor mejicano que se llamaba Diego Rivera, Guerrero que no sabía quién era Diego Rivera pintó su lienzo de negro y se fue para no volver nunca más. Luego vinieron becas en París, en Roma, para finalmente lanzarse a la conquista de Nueva York. Se casó con una periodista americana lo cual le facilitó bastante su ingreso en el mundillo artístico; por mediación de la galerista Betty Parsons conoce a los grandes de la pintura expresionista de la Escuela de Nueva York, eran los años 50 y así José Guerrero trabaría amistad con Mark Rothko -quien le dijo que los pintores eran como los maquis porque salían de su escondrijo para una exposición y luego volvían a esconderse-, y sobre todo con Motherwell -quien preparaba su serie de cuadros Elegía a la república- y con quien se adentró en el mundo de la pincelada negra -Guerrero expuso en una ocasión con el nombre de "Presencia de negro". El Guernica se encontraba por aquel entonces en Nueva York y este cuadro de Picasso supuso una gran influencia en su arte, lo visitó en numerosas ocasiones y descubrió la heterogeneidad de finalización en cada zona del cuadro, de forma que en determinadas partes el lienzo estaba casi intacto y en otras la pintura había sido retocada y trabajada repetidamente, además de apreciar la gran cantidad de tonalidades grisáceas y blancas utilizadas por Picasso. El cuadro más representativo de Guerrero quizás sea La brecha de Víznar con el que de alguna manera quiso rendir homenaje al poeta ya que fue en el barranco de Víznar donde fue fusilado García Lorca. En esta obra Guerrero intenta con una sola línea significar ese sentimiento de desolación e impotencia ante la barbarie. Llegó a realizar tres versiones de este mismo tema siendo la de 1966 que se encuentra en Granada la -digamos- versión original ("El socavón definitivo y terrible del barranco de Víznar"). Desde sus inicios siempre consideró a Matisse como su gran influencia por su delicado y preciso uso de la línea y el color, y es que el color es el centro de la producción guerrerista. En Nueva York cosechó grandes éxitos de crítica. En 1963 un crítico escribía: "usa los colores más contrastados, amarillo y azul, blanco y negro o amarillo y negro para sugerir sobrecogedores masas de forma y vacío en eterno conflicto"; Valerie Petersen en Art News: "llena los lienzos con formas fuertes de una energía arrebatadora y un directo color eléctrico, todos los elementos son primarios y de una inmediatez sensorial y cinética tan equívoca como una avalancha y tan enorme como una catársis"; y Thomas Albright en 1976: "los colores parecen irradiados por la luz solar y forma espacios casi palpablemente atmosféricos dentro de los cuales surgen formas que se expanden y respiran". Guerrero tuvo varias barreras que saltar en su llegada a EEUU, por un lado tenía que desprenderse del cliché de "lo español", y por otro tenía que hacerse un hueco entre artistas ya consagrados de la abstracción como Rothko, Pollock o De Kooning. Consiguió ambas cosas, creó una pintura no ligada a ningún nacionalismo (a pesar de que con el alejamiento y la madurez los temas hispanos empezaron a aparecer en sus títulos "Alcazaba", "Albaycín") y desarrolló un estilo propio perfectamente distinguible de los grandes del action painting (sus "fósforos" son marca de la casa). Bien es cierto que en determinado momento tuvo que recurrir al psicoanálisis ya que vivió momentos de abatimiento. En los 60 c0menzó a visitar España con relativa asiduidad y con el fin del franquismo empezó a reconocerse su maestría llevándose a cabo varias retrospectivas y exposiciones importantes que darían a conocer su obra al país y que impulsarían su figura definitivamente provocando una influencia determinante en la vida artística granadina (en gente como Juan Vida, Muñoz Molina, etc..). También fue pieza fundamental en la creación del museo de arte abstracto español de Cuenca. Desde hace unos años se puede visitar el Centro José Guerrero en Granada donde existe una importante colección de su obra, cerca de la catedral donde pintara bajo el "influjo" de Alonso Cano.

miércoles, enero 02, 2008

Morton Feldman: La capilla Rothko.


Ciclo música y pintura:
Morton Feldman:
La capilla Rothko.
Rothko era judío y nació en Rusia en 1903 pero pronto emigró a EEUU donde desarrolló su vida artística formando parte esencial de la Escuela de Nueva York. Fue uno de los grandes nombres de la pintura overall junto a Still, Pollock y Newman. Su gran aspiración fue la de que su arte conjuntara todo el sentir religioso, y eso debía realizarlo en el momento más álgido del materialismo norteamericano. Su gran oportunidad llegó cuando le fue encargada la decoración de una capilla no confesional en la Universidad de Rice, en Houston.-"un lugar donde la experiencia y la comprensión de todas las tradiciones y culturas son promovidas y hechas realidad". El crítico Hughes dice acerca de esta capilla: "Es bastante difícil entrar en la capilla Rothko sin experimentar emoción, porque su muerte le ha conferido la dignidad conmemorativa de las estelas fúnebres a esos enormes cuadros oscuros, casi monocromos en sus negros, rojos ciruela deslustrados y violetas estigios. Sin tema, sin forma (exceptuando la forma de los bordes del marco), y casi sin relaciones interiores (exceptuando los meros susurros del ajuste tonal en la oscuridad), representan un grado asombroso de autoexilio. En ellos el mundo entero se ha consumido, dejando sólo un vacío. Si es el vacío, como lo vislumbraban los místicos, o simplemente una vacuidad impresionantemente teatral, no es fácil determinarlo, y la respuesta al acertijo depende de la expectación de cada uno. En realidad, la capilla Rothko es el último silencio del Romanticismo: el arte, en una convulsión de pesimismo interior, se propone reemplazar al mundo". En realidad todo esto se podría decir de toda la última obra de Mark Rothko. Everitt dice de la pintura de Rothko: "La paleta suave y luminosa de Mark Rothko es más sensual que la de Newman. Unos velos de pigmento fino lavan el lienzo y lo empapan; el color cálido descansa sobre el frío, el frío sobre el cálido, la oscuridad sobre la luz y la luz sobre la oscuridad." Aunque estas palabras están muy bien no soy yo el único que piensa que ni las palabras ni las reproducciones muestran lo que verdaderamente comunican los cuadros de Rothko. En la Tate Modern de Londres existe una sala dedicada íntegramente a grandes cuadros de Rothko y estar allí es como perderse en un mundo paralelo inexistente donde el tiempo y las escalas carecen de sentido -creo incluso que me quedé dormido sobre uno de ellos.
En 1971 el compositor norteamericano Morton Feldman compuso Rothko Chapel (1971), una obra destinada a ser interpretada en la capilla diseñada por Rothko. Morton Feldman (1926-1987) nació en Nueva York, y estudió con Madame Maurina-Press (alumna de Ferruccio Busoni), Wallingford Riegger y Stefan Wolpe -no conozco a ninguno, por dios, bueno, Busoni y su particular forma de cargarse el contrapunto de Bach me suena- , con quienes discrepaba acerca de sus teorías sobre el arte musical. Una de sus grandes influencias fue el también norteamericano John Cage, un hombre que llevó más allá de lo admisible el concepto de música -su obra 4'33" dura ese tiempo que el título indica y los intérpretes que pueden ser cualesquiera permanecen callados durante la obra siendo el ruido ambiental tales como el aire acondicionado o las toses del público quienes dotan de material sonoro a la pieza- y que adentró a Feldman en la indeterminación musical -es decir, daba gran libertad los intérpretes realizando anotaciones muy genéricas en sus partituras favoreciendo en muchos casos la improvisación -tampoco es que inventara nada nuevo ya que durante el clasicismo las cadencias de los conciertos para instrumentos solistas estaban en manos del intérprete (Beethoven escribió algunas para conciertos para piano de Mozart como el número 20) y también durante el barroco las arias de por ejemplo los castrati tenían reservado un tiempo para la improvisación. Sin embargo en los 50 retorna a un sistema metódico de composición tradicional -sus obras orquestales para piano, flauta, cello y oboe son una maravillosa música cósmica.Gracias a Cage entra en contacto con pintores como Pollock -por cuya obra se encontró ampliamente interesado- y Guston. A raíz de este encuentro el expresionismo abstracto inspirará en gran medida sus composiciones :"Me interesa la dimensión global de Rothko, que anula el concepto de las relaciones entre proporciones. No es la forma lo que permite a la pintura de emerger; el descubrimiento de Rothko ha sido el de definir una dimensión global que sostiene los elementos en equilibrio... Soy el único que compone de esta manera, como Rothko: en el fondo se trata solamente de mantener esta tensión, o este estado, a la vez helado y en vibración". La música de Feldman podría ser definida entonces como expresionista abstracta y sería una perfecta música fúnebre para una humanidad frustrada y caótica.